Arte Cretense (I): la arquitectura
Cuando hacemos referencia al arte cretense, también conocido como arte minoico debido a la importancia del rey Minos, hablamos de una cultura prehelenística asentada en la isla de Creta, en el mar Egeo y que –junto con la cultura micénica- sentará las bases para el posterior desarrollo de la cultura griega.
En el siglo III a.C. se desarrolla una gran actividad en la zona del Egeo que tiene su epicentro en Creta. Allí, una nueva civilización más avanzada que las anteriores desarrollará en el campo artístico, algunas de las obras de arte más destacables de la época; un arte que va ligado a la propia cultura y donde estaca muy especialmente la arquitectura y la pintura de frescos.
Los primeros núcleos urbanísticos establecen la tipología base de la arquitectura cretense, el palacio. Estas construcciones que eran a la vez residencia real, lugar sagrado y epicentro de la actividad comercial de la ciudad, serán el origen de los afamados templos griegos que se desarrollarán en épocas posteriores. Aunque en estas edificaciones podemos encontrar características comunes, es cierto que su configuración nunca seguía un esquema cerrado, de hecho las diferentes construcciones de las que tenemos conocimientos (Cnosos, Faistos…) poseen un carácter abierto de manera que el edificio iba adquiriendo su forma de manera paulatina, a medida que las diferentes estancias se iban necesitando.
Los palacios se rigen por la funcionalidad: son construcciones en las que se pueden encontrar diversas plantas con terrazas abiertas al aire libre. Además el centro palaciego es un gran patio cuadrado que sirve para organizar el espacio, este mismo modelo se utilizará posteriormente en las construcciones medievales o incluso en los palacios urbanos de tipo renacentista. Las techumbres son adinteladas y aunque parece posible que ya por aquella época se conociera la doble vertiente la climatología mediterránea no hacía necesario su uso.
Dentro de los propios palacios se han hallado pequeñas grutas u oratorios con altares y esculturas rituales donde rendir homenaje a los dioses. Sin embargo también se han podido encontrar otros edificios religiosos que aparecían desligados de los palacios como por ejemplo los santuarios, pero no se tiene noticia de ningún templo.
En cuanto a la arquitectura funeraria han llegado hasta nosotros diversos tipos de enterramientos aunque todos ellos son tipologías bastante sencillas: así podemos observar pequeñas excavaciones en las colinas con carácter funerario o los conocidos como tholoi, que evolucionarán hacia el templo circular griego conocido como tholos, y que se trataba de cámaras funerarias circulares. Dentro de la tipología arquitectónica funeraria, cabe destacar un último tipo de enterramiento más evolucionado, se trataba de construcciones independientes con planta rectangular y techumbre adintelada que se encontraban divididas en distintas cámaras. En cada una de las cámaras no sólo se hallaba un sarcófago, sino que además se han encontrado restos de riquísimos ajuares funerarios.
En general la arquitectura cretense se basó en formas sencillas que fueran sobre todo útiles a una sociedad que cada vez más evolucionada va a demandar nuevos espacios constructivos y que paulatinamente irá evolucionando hacia formas más complejas.
