Arquitectura tradicional china (II)
La cultura china es una de las más antiguas que han llegado hasta nuestros días y su arquitectura es un fiel reflejo de esta tradición. Pese a que en los años posteriores a la Segunda Guerra del Opio se fueron introduciendo algunos elementos propios de la estética occidental, en ella aún se pueden observar y comprender sus propios rasgos arquitectónicos vinculados al arte chino desde hace millones de años.
Al contrario que en las formas arquitectónicas occidentales en las que el eje dominante de la construcción es el vertical, la arquitectura china presenta un claro desarrollo horizontal. Las estructuras verticales son tan solo elementos de unión entre los principales ejes horizontales de la construcción, la cubierta y el basamento. Con todo, podemos encontrar ciertas tipologías arquitectónicas como las torres-pagodas escapan a la estructura horizontal.
En un énfasis por lograr la atracción de contrarios y siguiendo los principios del Feng shui, las construcciones están organizadas en torno a un gran eje de simetría; así los edificios y complejos arquitectónicos se desarrollan en formas y plantas armoniosas o complementarias. Sin embargo, no deberíamos pensar que el mismo principio de simetría se aplica a la construcción de espacios naturales y ajardinados, de nuevo contraposición con la cultura occidental en la que se ha tendido a organizar los espacios verdes circundantes a las edificaciones, la cultura china presenta jardines anárquicos y asimétricos donde la energía de la propia naturaleza pueda circular libremente.
Las construcciones guardan, igual que la sociedad, un férreo orden jerárquico. Cada edificio posee un lugar concreto en función de su importancia al igual que cada miembro de la familia ocupa su propio espacio dentro de la vivienda familiar en función de la edad.
Algunas de las características de la arquitectura china vienen marcadas precisamente por la elección de los materiales de construcción, así el uso masivo de la madera llevó a precisar técnicas para su mantenimiento perfeccionándose el uso de lacados y policromados. Además con el fin de proteger la estructura de madera de la humedad surgió la necesidad de elevar la construcción en una plataforma cuya altura estará relacionada con la importancia jerarquizada del edificio.
Las cubiertas son uno de los elementos más típico de esta arquitectura, en su mayoría son tejados a dos aguas que contrastan con la sencillez del resto del edificio. Mientras el cuerpo de la construcción es relativamente austero, con la excepción de las decoraciones en las vigas estructurales, el tejado presenta un gran desarrollo. En algunas regiones –sobre todo al sur del país- encontramos una línea decorativa que separa las dos aguas del tejado, pero si por algo llaman la atención estas cubriciones son por las líneas curvas que los moldean y que se relacionan con la escritura.
El conjunto de estas características se plasma en algunas de las obras más bellas de la arquitectura china como El Palacio de Beijing, El templo de Zhenguo o incluso en las formas de la arquitectura popular como la aldea de Xidi en la región de Huangshan.