Arte inca (II parte)
El pueblo inca es una de las culturas precolombinas más destacadas, sus innovaciones en las artes o las ciencias nos hablan de un pueblo muy desarrollado y bien estructurado. Si ayer analizábamos la arquitectura y la pintura inca, hoy comenzaremos hablando de la escultura que si bien a menudo se encuentra unida a otras formas artísticas como ocurría con la pintura, ésta presenta un mayor desarrollo e importancia que la actividad pictórica.
En cuanto al uso de materiales debemos señalar que a día de hoy nos han llegado obras escultóricas elaboradas en metales preciosos como el oro y la plata, pero también tenemos constancia de otras fabricadas en madera y sobre todo de piezas pétreas al ser éste su material predilecto. Las esculturas representaban tanto figuras animales como vegetales e incluso, varios testimonios nos hablan de esculturas de gran tamaño con representaciones antropomórficas de dioses y humanos no obstante y lamentablemente éstas no han llegado hasta nuestros días ya que la mayoría de ellas estaban realizadas en metales preciosos y fueron fundidas en la conquista española.
A rasgos generales podríamos decir que la escultura inca siempre estuvo ligada a los aspectos religiosos de su cultura ya fuera en rituales o sacrificios. Los trazos suelen ser sencillos, de tipo esquemático con un estilo más bien funcional que decorativo. Algunos de los ejemplos más destacados de escultura inca son La piedra de Saywite, El trono del Inca o La escultura del puma del Museo Garcilaso de la Vega.
En cuanto a la cerámica incaica debemos señalar que fue una de las formas artísticas que tuvo una mayor difusión ya que sus formas fueron asimiladas por muchos de los pueblos vecinos o que el pueblo inca iba conquistando. En conjunto la producción cerámica se puede dividir en dos partes bien diferenciadas; por un lado, tenemos las formas más simples correspondientes a una cerámica utilitaria y por otro lado, elaboraciones más complejas con mayor decoración y detallismo. Éstas últimas solían ser parte del ajuar funerario de los grandes dignatarios. En cuanto a la decoración es principalmente de tendencia geométrica con pigmentos ocres o negruzcos que decoraban la superficie pulida de los vasos ceremoniales o de los cántaros.
Por último, destacar las piezas metalúrgicas que presentaron un singular desarrollo al perfeccionar las técnicas productivas de los pueblos anteriores y muchos de los maestros artesanos que las elaboraban eran procedentes de pueblos conquistados por los incas. Los metales preciosos se utilizaron para piezas de orfebrería fina pero al igual que ocurrió con la escultura, la mayoría de estos objetos fueron fundidos por los españoles.
