La puesta en valor del patrimonio literario: España y las casas natales de escritores
Dentro de las diversas clases de museos que existen, se puede encontrar una tipología definida por su carácter mixto, por así decirlo. Las casas-museo son espacios que incorporan, como bien indica su propio nombre, la peculiaridad de haber servido de residencia (esto no siempre es verdad, sin embargo) al artista o personaje destacado celebrado como tal por medio de una exhibición de carácter museístico.
A día de hoy es posible encontrar recogidas en el territorio español alrededor de unas cincuenta instituciones dedicadas a la puesta en valor del patrimonio escrito y la conservación y difusión del recuerdo de algunos de los más importante literatos del país, la mayoría de las cuales pueden adscribirse a esta categoría de «casas-museo».
A semejanza de lo que habría ocurrido en otros países, a lo largo de la década pasada se hizo obvia la necesidad de la constitución de un organismo garante de su «seguridad» y que posibilitara que los diversos profesionales encargados de la gestión de dichos espacios pudieran establecer relaciones de cooperación entre ellos. De modo que, en 1998, se constituirá la Asociación de Casas Museo y Fundaciones de Escritores, la cual quedaba inscrita en el Registro Nacional de Asociaciones un año más tarde (dotándose así de un marco legal a los espacios ya mencionados).
A día de hoy cuenta entre sus miembros con diversos museos, fundaciones, centros de interpretación, bibliotecas y archivos asociados al recuerdo de escritores pertenecientes al amplio panorama cultural de España, como es el caso de Azorín, Unamuno, Juan Ramón Jiménez, Machado y tantos otros. Además, mantiene relaciones con instituciones vinculadas a la literatura española en el exilio y con universidades extranjeras.
Esta Asociación está constituida con dos fines principales: potenciar la actividad de las casas natales a través de la celebración de diversos encuentros y defender y promocionar la literatura por medio de su exposición e intercambios.
En los últimos años, además, ha dado un paso de gigante en relación a su concepción, pasando a convertirse las instituciones que la integran en gestoras de una importante parte del legado literario, documental e histórico de los autores a los que cada uno de estos lugares está consagrado, insertándose además éstos en el territorio en el que se encuentran por medio de la iniciativa de las «rutas literarias».
Sin embargo, se hace necesario señalar que, en muchos casos, dichos espacios no se diferencian tanto de sus hermanos europeos en lo que respecta al acondicionamiento expositivo de la colección, pudiéndose decir que gran parte de estos lugares literarios en España se encuentran al servicio de una memoria intocable y fetichista.