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Algunos círculos, Kandinsky

Publicado por Laura Prieto Fernández

Algunos círculos es una obra realizada en óleo sobre lienzo por el artista Vasili Kandinsky en torno a 1928; la obra, que actualmente se expone en Museo Guggenheim de Nueva York, está considerada como uno de los primeros exponentes de arte completamente abstracto que apareció en la Europa del siglo XX.

Kandinsky (1866 – 1944) fue el pintor de origen ruso que mayor transcendencia ha tenido en el mundo del arte. Los inicios de su carrera fueron inestables, la pintura tan sólo suponía un entretenimiento que compaginar con sus estudios de derecho. Sin embargo, al cumplir los treinta el artista decidió abandonarlo todo por la pintura y se trasladó a Múnich para recibir clases de F. Stuck; allí pudo relacionarse y entablar amistad con otros jóvenes pintores de ideas arriesgadas como Paul Klee.

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A comienzos del siglo XX el artista realizó numerosos viajes en los acabó por comprender que, si había algo que no terminaba de encajar en sus composiciones era la figuración. Desde entonces comenzó a atisbarse en sus lienzos una tendencia hacia la abstracción que el artista ya nunca abandonaría.

En algunos círculos el artista representa esa tendencia hacia la no figuración de una manera explícita; el lienzo tiene un formato cuadrado 140 x140 cm, en el que un conjunto de círculos de diferentes colores y tamaños aparecen diseminados por un espacio vacío y negruzco. El espectador tiene la curiosa sensación de estar observando una especie de conjunto galáctico: el fondo negro es irregular y sobre él se recortan los círculos de diferentes tamaños que se tocan, se superponen o se alejan entre sí. Éstos no sólo difieren en su tamaño sino también en su tonalidad: los círculos pequeños tienden a los colores cálidos mientras que los fríos son reservados para las formas de mayor tamaño.

Dominando la composición –y ligeramente desviado del centro del lienzo- aparece un gran círculo azul rodeado por un halo luminoso más blanquecino y en cuyo interior se observan multitud de pequeños e irregulares círculos.

Kandinsky ha sido dominado completamente por la abstracción; ya no hay elementos figurativos que evoquen una realidad. El artista rechazaba cualquier atisbo de realismo en sus composiciones, la plasmación de lo figurativo no hacía más que empañar la belleza de la abstracción donde las formas geométricas y el color cada vez adquieren mayor protagonismo en sus composiciones.

Pese a su aparente simplicidad la composición ha sido muy estudiada: Kandinsky basa la composición en un conjunto de ideas obtenidas a partir de la teoría de los colores de Goethe o la influencia que sobre él ejercía los talleres de vidrio de la Bauhaus; también se pueden apreciar las influencias de las teorías de Ludwig Hirschfeld Mack.

Y es que las obras del artista poseen un estudio detallado y pormenorizado, cada elemento está pensado para un espacio con un fin concreto que ya no tiene que ver con la representación exacta de la realidad sino con la identificación de un espíritu moderno que vincule el lienzo con la sociedad que lo inspiró.