Arte

El gran paranoico de Dalí

Publicado por A. Cerra

El gran paranoico de Dalí

Salvador Dalí pintó en numerosas ocasiones imágenes que tenían un “doble sentido”. Imágenes en las que podían verse representaciones distintas dependiendo de cómo se entornen los ojos o de la perspectiva de cada mirada. Una muestra sería por ejemplo el cuadro la Metamorfosis de Narciso o la tela titulada Mercado de esclavos con busto invisible de Voltaire, cuyo título ya da alguna clave de que se trata de un juego visual por parte del pintor español.

Y en la misma línea está el cuadro El gran paranoico, un óleo pintado sobre tela en el año 1936 y que actualmente se conserva en el Museo Boymans van Beuningen de Rotterdam, en los Países Bajos.

En esta ocasión toda la tela está compuesta a partir de un paisaje desértico y una serie de figuras desnudas que se pueden identificar individualmente, pero también como parte de un conjunto que forma una imagen distinta.

Todo el escenario está ocupado por el terreno de aspecto árido y de color arena, distinguiendo entre un área sombreada a la izquierda y otra soleada a la derecha. Dos tonos diferentes que flanquean la zona central donde aparece una composición prácticamente circular. En ella se arremolinan las figuras humanas desnudas, dispuestas en curiosas posturas y con iluminaciones muy fuertes, al igual que las sombras que generan sobre sí mismas y sobre el resto del espacio y cuerpos.

Es curioso ir distinguiendo estas figuras, en posiciones y gestos realmente llamativos, como la que vemos en primer plano que se tapa la cara con el brazo derecho o la que está reclinada y apoyando la cabeza sobre una mano. Todo este conjunto de seres parecen hormigas que vagan sin rumbo por ese desierto de arena, rocas y hoyos. Sin embargo, solo es una de las dos lecturas que puede tener la tela.

Basta con alejarse un poco de cuadro, y entrecerrar los ojos para ver otra imagen formada por esos cuerpos desnudos. Es entonces cuando se ve el rostro pensativo de un hombre de edad avanzada. Ese sería el gran paranoico, que incluso tiene una réplica en pequeño en la parte superior izquierda.

Sin duda es una paranoia, pintar una cosa para ver otra distinta. O hace la referencia a la mente de ese viejo que solo tiene en su cabeza cuerpos desnudos, tétricos y algo morbosos. Por cuadros como este, tan extraordinariamente difíciles de comprender desde un punto de vista racional, al pintor español Salvador Dalí se le considera uno de los más grandes representantes del arte surrealista.