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La encajera de Vermeer

Publicado por A. Cerra
La encajera de Vermeer

La encajera de Vermeer

Pese a su reducido tamaño (24 x 21 cm) esta tela pintada al óleo es una de las más populares del gran pintor holandés Johannes Vermeer. Un cuadro que en la actualidad se expone en las salas de pintura barroca del Museo del Louvre en París.

La obra nos presenta una escena de interior, otra más dentro de la producción de este pintor, autor de telas como La lechera o La muchacha leyendo junto a la ventana. En este caso vemos una joven completamente absorta en su faena de realizar encaje de bolillos. Y dada la composición ubicada entre el fondo tan claro de la tela y un primer plano bajo bastante más oscuro , cualquier espectador se fija inmediatamente en esa escena y sabe que está haciendo la muchacha.

Toda la luz se centra en la chica y en su trabajo. Pero es una luz difusa que unifica toda la escena, además de que le sirve para dulcificar los contornos. Una luz cálida que anima los tonos preferentes en el cuadro que son tonalidades tanto del amarillo como del azul. En fin, es un tratamiento lumínico de lo más interesante, y muy del gusto de pintores posteriores. Por ejemplo lo estudiaron con detenimiento muchos artistas del Impresionismo francés, dada la exposición en el Louvre de la obra. Y hasta el propio Renoir llegó a decir que era uno de las cuadros más bellos de toda la Historia del Arte.

La chica está concentrada en su faena, ajena por completo a que la está retratando el pintor en un primer plano que recorta su figura de un modo extraordinariamente moderno, y más aún teniendo en cuenta la fecha en la que se hizo el cuadro, entre los años 1669 y 1670.

Una chica perfectamente perfilada y modelada por el juego de luz y de sombra, algo basado en los claroscuros de Caravaggio, al que admiraba Vermeer, aunque eso sí, el aspecto tétrico de muchas de las obras del artista italiano aquí desaparece por completo.

Está claro que el tratamiento de la luz, la maestría cromática o la composición son una muestra de la modernidad y osadía en la pintura de Vermeer, sin embargo nada de eso se puede decir respecto a la temática de la obra. Pretende mostrar a la mujer virtuosa, y para ello la imagen más recurrente es una chica cosiendo, una labor ensalzada en su época como sinónimo de una esposa buena, obediente y trabajadora. Si bien, la encajera podría también ser la imagen de la mujer ideal durante la Edad Media. Y no hay que engañarse, incluso hasta hace pocas décadas también esta escena se ha utilizado como sinónimo de buena esposa.