Arte

La jungla de Wifredo Lam

Publicado por A. Cerra

La jungla de Wifredo Lam

Esta es una de las obras más afamadas del pintor cubano Wifredo Lam (1902 – 1982). Un gran cuadro que hoy en día se encuentra en Museum of Modern Art de Nueva York. La obra la pintó en 1943 y sin duda alguna es una de las mejores síntesis de su particular estilo artístico que fusiona un tiempo vanguardias europeas como el Surrealismo o el Cubismo, con los rasgos estéticos del arte afrocubano en los que el pintor ha crecido.

La imagen, de enormes dimensiones (240 x 230 cm), a primera vista es tan espesa como esa jungla que le da título. Es un espeso bosque de bambús y caña de azúcar. Y entre toda esa vegetación vemos máscaras, figuras fantásticas y elementos que recuerdan los aspectos más primitivos de religiones y creencias cubanas como la santería.

Ahí radica la peculiaridad de su arte. Sin duda este cuadro sería incomprensible que surgiera de una artista no cubano. Está haciendo un recordatorio de quienes llegaron a la isla desde África y trajeron su cultura más primitiva. Pero al mismo tiempo, Lam plasma en su obra su estancia en Europa, especialmente en París, donde se ha empapado del Cubismo, donde ha establecido una buena amistad con Picasso y donde ha quedado encantado con las posibilidades que le ofrece el arte surrealista.

Con todo eso regresó a su Cuba natal en 1941, tras 18 años de vivencias europeas. La verdad es que su arte y figura era muy apreciado en los círculos artísticos y culturales parisinos, pero como él mismo dijo, se sentía como un caracol fuera de su concha, de ahí que regresara a su tierra.

Y entre otras cosas regresó, porque en Europa descubrió que se estaba dando un tipo de arte primitivista que consideraba un tanto falso, y sin un conocimiento real de lo que se pintaba y los significados de ciertas imágenes. En cambio para él esos concepto formaban parte de su ser, ya que el propio Lam era una mezcla de culturas en sí, hijo de emigrante chino y madre de ascendencia hispano-africana. O sea más criollo imposible.

No obstante hay que decir que toda su vida estuvo en movimiento, en gran parte por su enorme éxito como pintor que le llevó a realizar constantes exposiciones en lugares tan variados como Nueva York, Bruselas, Haití, Estocolmo, o su querido París donde falleció antes de cumplir los 80 años. Si bien, su cuerpo fue trasladado a su localidad natal de Sagua la Grande para ser enterrado en el Caribe.