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«La Santísima Trinidad» de Masaccio

Publicado por Chus

Trinidad de MasaccioEs una pintura al fresco situada en la Iglesia de Santa María Novella de Florencia, realizada para una familia aristocrática que no ha sido identificada fehacientemente, la cual constituye uno de los puntos de partida de la pintura moderna.

Es una de las obras en la que se proyecta por primera vez en el Renacimiento el espacio tridimensional en una superficie plana, gracias al empleo de la perspectiva lineal, que acaba de ser redescubierta por el gran Brunelleschi. Con ella, nos produce la impresión de que la pared está rota, que el espacio tiene continuidad a través de ella, lo cual va a constituir una de las bases de la pintura posterior, hasta llegar a producir una pintura ilusionista en la que no sea posible distinguir entre la realidad y la ficción, que alcanza su punto culminante en el Manierismo y sobre todo en el Barroco. En uno de los muros laterales de la iglesia, se sitúa una grandiosa arquitectura pintada, un arco flanqueado por grandes pilastras que soportan además un rico entablamento, abierto a una capilla cubierta por una bóveda de cañón de casetones. Es una arquitectura que recoge los principios practicados por Brunelleschi en los primeros años del siglo XV. No debemos olvidar que Masaccio pertenece a la denominada “Generación experimental” del primer Renacimiento, junto a Donatello y Brunelleschi.

En ese espacio arquitectónico se encuentra la escena de la Crucifixión, en la cual acompañan a Cristo su madre María, y San Juan, y también en la parte superior se encuentra una representación de Dios Padre y del Espíritu Santo que, en forma de paloma se sitúa entre las cabezas del Padre y del Hijo, formando así la Trinidad que da título a la obra. En el exterior, junto a las pilastras se sitúan los donantes, simbolizando claramente el tiempo humano. Cabe destacar que su dimensión es la misma que la de los personajes divinos, lógico en un arte humanista como el Renacimiento.

En esta obra la posibilidad de identificación con el espectador se acrecienta por el tamaño real de las figuras y por la total coincidencia del punto de vista en el espacio real y en la pintura. Los donantes que se encuentran de rodillas delante de las pilastras, sirven de marco de referencia y punto de unión de lo humano y lo divino, enlazándolos a la escena de la crucifixión.

La composición queda estructurada a base de triángulos. Uno equilátero, cuyo vértice es la cabeza de Dios Padre, los dos lados, sus brazos y la base los de Jesús en la cruz. Otro triángulo, lo forman las figuras de María y Juan con el centro del arco de medio punto que constituye el arco de triunfo en el que se inscribe la escena y todavía se vislumbra un tercer triángulo formado por los donantes y el centro del dintel que remata el arco.

Sus figuras son volumétricas, macizas, contundentes, pareciendo inspirarse en la escultura, con gran realismo y expresividad concentrada en rostros y miradas. En este sentido cabe señalar la figura de María que dirige su mirada al espectador y con el gesto de su mano derecha nos invita a contemplar la escena. Respecto al color Masaccio muestra la modificación que la luz infiere al color, creando claroscuro en los mantos, a base de diferentes tonos. Muchos autores han considerado a esta obra un manifiesto plástico de la pintura renacentista.