Expulsión del paraíso, Masaccio
La expulsión de Adán y Eva del paraíso es una obra pictórica realizada al fresco por el artista italiano Tommaso di Ser Giovanni di Mone Cassai, conocido sencillamente como Masaccio (1401 -1428), para decorar la capilla Brancacci ubicada en el transepto de la iglesia de Santa María del Carmine en Florencia.
Masaccio fue sin duda una de las figuras más conocidas del primer renacimiento, pese a su corta vida –murió con tan sólo veintisiete años- sus obras sean quizás, las más innovadoras del periodo quattrocentista.
Son pocos los datos que conocemos sobre la vida del artista pero lo que sí parece seguro es que éste ya se encontraba en Florencia en torno a 1417 y con sólo cinco años después ya formaba parte del gremio de pintores de la ciudad. Allí se relacionó con figuras tan importantes como los escultores Brunelleschi o Donatello y recibió sus encargos más importantes.
La decoración de la capilla Brancacci fue un proyecto encargado por Felipe Brancacci, un rico mercader de sedas para ornamentar la capilla que había mandado construir su padre, el también comerciante Piero Brancacci. El encargo se recayó sobre un jovencísimo Masaccio y un pintor mucho más experimentado, Masolino da Panicale. Durante mucho tiempo se pensó que Masolino pudo haber sido el maestro de Masaccio pero estudios recientes demuestran que la pintura de Masaccio nunca estuvo influencia por Masolino y difícilmente éste pudo haber sido la figura del genio renacentista.
La decoración de la capilla se organiza en distintos niveles según la tradición florentina, los frescos están enmarcados por detalles arquitectónicos con lo que parecen más bien cuadros que obras pintadas directamente sobre la pared. El programa iconográfico muestra la salvación del hombre a través de la figura de San Pedro, no en vano San Pedro era el patrón de los comerciantes del mar una actividad muy ligada al comitente de la capilla que fue cónsul del mar.
La expulsión del paraíso de Adán y Eva se encuentra en el registro superior de la capilla, en la zona de la izquierda. Es la prima pintura de todo el conjunto y a su lado aparece la que quizás sea la escena más famosa de toda la capilla, el tributo de la moneda.
Aunque la escena está basada en el relato bíblico del Génesis, el artista se ha permitido algunas licencias más personales que dotan a la obra de dramatismo y vigorosidad, así Masaccio decide representar a Adán y Eva completamente desnudos y expulsados por un solo ángel.
La fortísima iluminación de la escena proyecta las marcadas sombras de los personajes y ayuda a crear sobre éstos un modelado descarnado. La figura de Eva aparece tapándose el pecho y el sexo mientras en su rostro se aprecia un grito descarnado de dolor y agonía. Adán por su parte se lleva las manos al rostro mientras muestra su desnudez y con una profunda inspiración mete su vientre en una postura igual de agonizante. Sobre ellos un ángel amenazador vestido de rojo y con la espada en la mano custodia la entrada al paraíso.
El gesto ensordecedor del grito de Eva y la agonía de su rostro desdibujado por el dolor son los precedentes más claros de los que siglos después se realizará en la vanguardia expresionista del siglo XX.