Cristo en casa de Simón el Fariseo de Dirk Bouts
Dirk Bouts el Viejo (1410/1420 – 1475) con obras como el Retablo de la Santa Cena o el Tríptico de la Virgen María es uno de los pintores más eminentes de la pintura flamenca del siglo XV. Y como ocurre con muchos de los grandes maestros de la época generaron grandes talleres en los que entraban a trabajar sus hijos, y algunos de ellos alcanzaban cierta notoriedad. Ese es el caso de Dirk Bouts el Joven. De hecho, los historiadores del arte no se ponen completamente de acuerdo respecto a la atribución de esta obra de Cristo en casa de Simón el Fariseo, de manera que no es raro que hay estudiosos que le den la autoridad al Dirk Bouts hijo y no a la padre. Aunque por la calidad de la misma, la gran mayoría piensan que es obra del progenitor.
Dirk Bouts el Viejo, aunque era originario de la ciudad de Haarlem en los actuales Países Bajos, desarrolló prácticamente toda su carrera artística en Lovaina, urbe belga. E incluso llegó a convertirse en los últimos años de su vida en el pintor oficial del municipio.
Ahí realizó un buen número de obras en los que se manifiesta el influjo que tuvo del pintor Petrus Christus, con quien también mantuvo una estrecha amistad. Así como los críticos también emparentan su pintura con la de Roger van der Weyden, pero es indudable que carece el dramatismo y la explosión cromática de este grandísimo maestro del arte flamenco gracias a obras como su Descendimiento.
En cambio, Bouts como se aprecia en el cuadro que aquí os mostramos, estaba más preocupado por las cuestiones de la perspectiva, al igual que ponía un especial énfasis en la reproducción verídica, fuera de la naturaleza o de los interiores de las viviendas. Sin olvidar su obsesión por plasmar en los personajes diversos estados de ánimo.
Todo ello aparece en esta tabla de Cristo en la casa de Simón el Fariseo que pintó hacia 1460 y que hoy en día forma parte de la colección pictórica de la Gemaldegalerie de Berlín, en Alemania.
La escena representa un pasaje del Nuevo Testamento en el Jesús es invitado a comer a casa de Simón. Y ahí también están Pedro y Juan, identificable por su aspecto aniñado sin barba. Igualmente está María Magdalena, que es la mujer agachada a la izquierda. Según el relato bíblico, las lágrimas de esta mujer pecadora brotan y le sirven para limpiar los pies de Jesús, que luego seca con sus cabellos.
Hasta aquí el pasaje del Evangelio, pero hay otro personaje a la derecha, atravesando una puerta y vistiendo hábitos religiosos. Sería el monje cartujo que le encargó el cuadro a Bouts.