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Las cuatro razas de Ozenfant

Publicado por A. Cerra

Las cuatro razas de Ozenfant

El francés Amédée Ozenfant (1866 – 1966) mantuvo una triple relación con el mundo del arte a lo largo de toda su vida. Lo trabajó desde tres vertientes distintas y para él de algún modo complementarias: la divulgación teórica, el ámbito de la enseñanza y las creaciones propias.

Ya siendo un niño mostró cualidades para la pintura y tras una formación inicial en su ciudad natal de Saint Quentin, pronto se desplazó a París para seguir con sus estudios. Y al mismo tiempo que comenzó a trabajar en un despacho de arquitectura no cesó de pintar. Tanto que en 1910 hace su primera exposición parisina.

A partir de ahí va a viajar mucho por todo el continente europeo y establece vínculos con multitud de artistas de la época. Sobre todo con aquellos entre los que empieza a aparecer la idea de que tiene que haber otro arte después del Cubismo. Esa misma idea le unirá por ejemplo al arquitecto Le Corbusier, con quien colabora en la publicación de una revista de teoría artística.

Fueron años muy intensos en los que desarrolló su concepto del arte purista. Un arte sin detalles, materializado a partir de colores puros, y con formas reducidas prácticamente a simples esquemas. En ello trabajó a lo largo de los años 20, pero poco a poco se fue alejando de esas formas tan simples y fue enriqueciendo su pintura con nuevos matices y elementos. Así llegan sus obras más aclamadas, como este enorme lienzo (332 x 500 cm) que hoy se expone en el Museo de Arte Moderno de París y que realizó en el año 1928.

Una diferencia crucial con otras obras precedentes es claramente que introduce la figura humana. Y por supuesto incluye un claro mensaje de tintes humanistas. Al fin y al cabo, concibe el arte como una contribución importantísima para crear un mundo nuevo, mucho más pacífico y sin racismo.

Para entonces, Ozenfant ya se había adentrado en una tercera vía de actuación, la de la enseñanza. En 1924 su taller ya había convertido su estudio en un especie de escuela-taller. Luego fundó en 1932 la Academia Ozenfant en Londres. Abierta prácticamente hasta los inicios de la Segunda Guerra Mundial. POrque cuando comenzó el conflicto se exilió a Nueva York, donde siguió pintando, escribiendo y también abriendo la Escuela de Bellas Artes Ozenfant. Una institución que perduró hasta su regreso a Francia en 1955. Entonces se estableció en la Costa Azul donde residió hasta su muerte, sin dejar de pintar y sobre todo publicando un sinfín de artículos y ensayos sobre el panorama artístico y estético de la época.