Virgen de la Eucaristia
Quizás la producción artística más destacada del pintor Sandro Boticelli sean sus pinturas con temática mitológica, pero además de estas piezas el pintor realizó un buen número de cuadros de tema religioso muchos de los cuales muestran la influencia de los artistas contemporáneos a Boticelli. Los personajes del pintor italiano son amables y cercanos al espectador invitando a éste a consolarse en la ternura y a deleitarse en la contemplación del cuadro.
Sandro Boticelli (1445 – 1510) es uno de los artistas más destacados de la estética renacentista del Quattrocento. Nacido en Florencia, Boticelli fue el cuarto hijo de un curtidor y parece ser que pudo ser criado por uno de sus hermanos mayores de quién adoptó el sobrenombre de Boticelli. El artista debió de recibir una esmerada educación hasta los catorce años de edad –un hecho que dejará una gran impronta en sus pinturas- y posteriormente debió de formarse como orfebre en el taller de alguno de sus hermanos. Pero la vocación de Sandro era la pintura y por ello decidió entrar a las órdenes de uno de los artistas más destacados de su época, Fray Filippo Lippi, que quien heredó el corte amable de sus figuras, el moldeado tranquilo y lineal y un cierto gusto goticista que se aprecia sobre todo en los detalles de sus primeras tablas. Boticelli adquirió gran fama en vida y trabajó para algunos de los nobles y comitentes más importantes de su tiempo, especialmente debemos destacar los trabajos para la familia Médicis a quien dedicó gran parte de sus piezas.
La obra que aquí nos ocupa se conoce como Virgen de la eucaristía o Virgen con Niño y un ángel; se trata de una obra realizada en temple sobre tabla con formato vertical – la pieza mide unos ochenta y cinco centímetros de altura y sesenta y cinco de anchura- y en la actualidad se encuentra en el Museo Isabella Steward Gardner en Boston, Estados Unidos. Según los historiadores del arte, la pieza debió de ser pintada en torno al año 1470 o 1472, en una época en la que el artista pintó numerosas tablas de temática religiosa con la Virgen y el Niño y en las que se puede apreciar la influencia de Filippo Lippi en la composición. Al igual que en la obra de Lippi María con el Niño y Ángel, Boticelli ha representado una escena entrañable en la que la Virgen sostiene con gran ternura a su Hijo mientras se encuentran acompañados por un ángel. En la obra de Boticelli éste sostiene un racimo de uvas y unas espigas de trigo, de ahí el nombre de Virgen de la eucaristía en relación con el milagro de la transustanciación.
En el fondo de la composición se puede apreciar una arquitectura de corte clasicista con un gran ventanal por el que se aprecia con paisaje con un río serpenteante. Especial mención merecen las trasparencias que el artista ha representado con gran éxito en el velo de la cabeza que la Virgen dejando ver su pelo a través de la tela transparente.