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Arquitectura Paleocristiana. La basílica.

Publicado por Chus

santa-sabina.jpgNos referimos con este término a las primeras formas del arte cristiano. Es un estilo que sirvió de puente entre la cultura clásica y la cristiana y su gran importancia radica en que es un momento en el que se desarrollan los tipos de edificios que prevalecen hasta la Edad Media. Podemos diferenciar dos etapas, la de clandestinidad y la de legalidad.

Antes del Edicto de Milán (313), los cristianos usan para sus ritos las viviendas de sus fieles y también pequeñas iglesias denominadas “tituli”, como por ejemplo el “Titulus de San Martín de los Montes” en Roma, que en el exterior no tiene nada distinguible, pero en el interior tiene una sala alargada con pilares que soportan bóvedas de arista. Las catacumbas eran lugares de enterramiento, muchas de ellas, canteras abandonadas en los que no se celebra culto, sino banquete fúnebre. En Oriente la arquitectura cristiana continua la tradición de sinagoga judía, con un importante elemento, un nicho litúrgico que mira a Jerusalén, que es adoptado por los cristianos, el ábside.

Después del Edicto de Milán, al salir de la clandestinidad, pueden construir o utilizar libremente distintos tipos de edificios, y desde el 380 con el edicto de Salónica, cuando es declarada como religión oficial del estado, éste regala edificios y sufraga muchas de sus obras, con lo que tipos arquitectónicos paganos perviven en el arte paleocristiano dotados de un simbolismo del que antes carecían. Es de destacar la gran unidad de su arquitectura en un ámbito geográfico tan amplio, lo cual puede explicarse por la funcionalidad de sus edificios.

La basílica (plan longitudinal) servía para las reuniones dominicales y como residencia del obispo o sacerdote. Su forma era alargada, de e 3 ó 5 naves, siendo la central el doble de ancha de las laterales. En uno de sus extremos se situaba la puerta y en el otro el ábside que marcaba la dirección a oriente. En un primer momento los techos eran planos, de madera, con tejado a dos aguas en la nave central y una en las laterales. La iluminación se logra a través de las ventanas de la nave central, con lo que esta recibe más luz, lo que le da un mayor valor emocional a la misma.

La basílica supone un culto basado en el sacrificio que acontece en el altar, mesa que simboliza el banquete eucarístico que, a veces se cubre con un baldaquino. En la zona denominada presbiterio, el obispo preside la asamblea desde el trono o cátedra. Es una disposición heredada de Roma, del trono imperial. A ambos lados, estaban los asientos del clero mayor. Un poco más hacia los fieles y dentro de la nave mayor se situaban los ambones o púlpitos; en el de la izquierda se leía el Evangelio y en el de la derecha las Epístolas. El pequeño espacio reservado para el clero menor se denominaba coro. Bajo el presbiterio puede haber una cámara o cripta en la que se guardaban las reliquias. Tras la puerta hay un vestíbulo o nártex, desde el que los catecúmenos asisten al culto, ya que solo pueden entrar los bautizados. En las naves laterales, aparece otro piso, denominado tribuna abierta a la nave central , y como estaba reservado a las mujeres recibe el nombre de «matronium».

El exterior aparece poco cultivado y la fachada está constituida por un muro plano rematado en frontón. Los cristianos de Roma no dejaban de ser romanos, por lo que el sentido práctico era una de sus características, y a la hora de plantearse un edificio para las necesidades de su culto, en vez de inventarse uno nuevo, adoptan uno preexistente que se adecua a sus necesidades, la basílica romana, solo que cambiándole el sentido y la utilidad, lo mismo que la simbología. Valoran el predominio del eje longitudinal por la sensación que produce de movimiento hacia el altar, que genera un espacio-tensión o espacio-camino que se hará normativo en la arquitectura cristiana medieval y otro aspecto importante es que el presbiterio quede enmarcado por un arco de triunfo, una gran arcada de medio punto que simboliza el triunfo de la Iglesia. El que el pueblo tienda a acercarse hacia el presbiterio es determinante el desarrollo del crucero, ya que el muro se rompe por los lados a la altura del presbiterio, generando una nave transversal, surgiendo la planta de cruz latina, que refuerza el efecto simbólico del edificio.

Las basílicas más célebres de Roma son Santa María la Mayor, San Pablo y Santa Sabina. en Nápoles las de San Jenaro y San Jorge, etc.