Basílica de San Ambrosio de Milán
Este gran templo medieval de la ciudad italiana de Milán se levantó en el mismo emplazamiento donde había habido una iglesia desde el siglo IV.
Se trata de una construcción románica que se comenzó a alzar a finales del siglo XI, si bien tanto el ábside como la torre sur se conservaron de una construcción de la centuria anterior.
Es un edificio románico construido en ladrillo, lo cual ya es una destacada peculiaridad, pero también lo es porque recuerda a la arquitectura bizantina de Ravenna, si bien más adornada y con un carácter más monumental.
Otra curiosidad es que tras el atrio está la fachada, de estilo muy severo y en la que destacan sus profundas arcadas Y después están los dos campanarios que prácticamente no tocan los muros de la iglesia. En definitiva un esquema que tiene su antecedente en la misma ciudad italiana de Ravenna y su iglesia de San Apolinar in Casse. De hecho, esa misma idea de un campanario separado fue habitual en la arquitectura italiana durante los siglos posteriores, con ejemplos tan esplendorosos como la famosa e inclinada Torre de Pisa o el Campanile de Florencia.
En cuanto al interior de la basílica, nos encontramos con una nave baja y ancha, que consta de cuatro intercolumnios cuadrados y separados por robustos arcos transversales. No hay un espacio que se pueda considerar como transepto, y sin embargo hay un cimborrio octogonal en el tramo más oriental, donde se cubre con una cúpula.
Es interesante ver como se van alternando los pilares de la nave, ya que la longitud de cada crujía es igual a la de dos de las naves laterales, que se cubren con bóveda de crucería. Esa bóveda de crucería, compuesta por ladrillos y cascotes, también se usa en los primeros tres tramos de la nave central, donde hay un segundo piso que hace galería. Y en esa bóvedas se puede observar como las nervaduras diagonales tienen una sección semicircular, un elemento que le concede a cada tramo de la cubierta un aspecto bastante cupular, a la vez que independizan cada uno de los tramos y sobre todo resiste el enorme peso de ese sistema constructivo.