Basílica de San Martín de Mondoñedo
Este templo de la provincia de Lugo, en Galicia, está considerado como la primera catedral española. Si bien es cierto que el edificio actual, básicamente de fábrica del Románico no se corresponde con sus antiguos orígenes. Y también es verdad que hoy en día el templo no tiene el rango catedralicio, sino el de una más modesta iglesia parroquial, aunque bien hermosa y cargada de historia.
La iglesia en toda Galicia es conocida como San Martiño y debe su fama a su dilatada historia. En este mismo lugar se asentaron en el siglo VI un grupo de cristianos que llegaron aquí por mar huyendo de la provincia romana de Britania. Serían los bretones quienes fundarían aquí su primer obispado.
Un obispado al que en el siglo IX se le sumó el de Dumio, que se asentó aquí huyendo de la conquista musulmana que se había dado en la península Ibérica. Fue precisamente en ese siglo, cuando Alfonso III cedió este lugar para construir un monasterio, que a su vez fuera la sede de ese doble episcopado, que perduraría hasta comienzos del siglo XII.
Pues bien, fue en esa época, entre el siglo IX y el XII cuando se construyó gran parte de lo que hoy vemos en San Martín de Mondoñedo. Uniéndose de este modo las formas prerrománicas al románico propiamente dicho. Aunque hubo reformas posteriores, entre ellas los contrafuertes que ya son una obra del siglo XVIII.
El templo es de tres naves y tres cabeceras semicirculares. Las naves se cubren de madera, pero en su desarrollo se aprecia la influencia de los canteros lombardos, ya que hay elementos como las bandas, los arquillos ciegos y el ajedrezado. Y también posee un crucero dotado de cimborrio y tambor que curiosamente es rectangular aunque con las esquinas redondeadas.
Lo más antiguo de todo el templo se hallaría en muro sur, donde incluso se mantiene tapiada una puerta con arco de herradura. Y otra joya que estaba oculta son los restos de pinturas murales que se descubrieron durante unos trabajos de restauración en el 2008. Fue entonces cuando salieron unos frescos románicos del siglo XII, que aunque están muy deteriorados la verdad es que son los más antiguos en su género que se han encontrado en tierras gallegas.
También es muy interesante la fachada y portada abierta en el lado oeste, a los pies de la iglesia. Allí se puede ver un rosetón, así como una puerta con arquivoltas, en cuya parte superior hay un crismón similar al que se puede ver en iglesias de ese mismo siglo XII construidas en Aragón o Navarra, como por ejemplo la Catedral de Jaca.
Precisamente sobre esta fachada se levanta uno de los añadidos que ya no es de la Edad Media. Hablamos del campanario que se construiría en dos fases. Una primera en el siglo XV y otra posterior del XVIII. No obstante, esos añadidos no le restan el encanto de la arquitectura medieval, que aquí se ve reforzada por numerosos elementos escultóricos, ubicados tanto en la fachada oeste ya citada, como en los distintos capiteles o los canecillos que son la base de su tejado.