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Basílica de la Mare de Déu del Lledó

Publicado por A. Cerra

Basílica de la Mare de Déu del Lledó

A veces hay construcciones históricas que sin llegar a ser una obra maestra de la arquitectura, sí que son capaces de plasmar la evolución de las formas constructivas y la historia de un lugar a lo largo de los siglos. Ese es el caso del templo del que os queremos hablar hoy: la Basílica de Nuestra Señora de la Mare de Déu del Lledó, situada a las afueras de la ciudad española de Castellón, en la comunidad de Valencia.

Los orígenes de este templo nos remontan a la Edad Media, concretamente al siglo XIV cuando la leyenda cuenta que un campesino halló la imagen de la Virgen a los pies de un árbol típico de la zona, el lledó. Así que pronto se levantó allí un pequeño eremitorio con gran devoción popular.

Así se mantuvo durante mucho tiempo, hasta que en el último cuarto del siglo XVI se le decidió dar más presencia se le dotó de una fachada monumental, una fachada que se conserva con añadidos en la actualidad, y que es de un claro estilo renacentista toscano.

A partir de aquí se iban a suceder diferentes intervenciones, todas ellas perfectamente documentadas, y que hacían crecer cada vez más el templo al mismo tiempo que crecía la devoción de los castellonenses por el lugar.

Es decir que a mediados del siglo XVI se hizo una reforma integral en la que se construyó la airosa cúpula. Pero aún así pronto se quedó pequeño, ya que cada vez era más las personas que peregrinaban hasta aquí. Así que durante gran parte del siglo XVIII importantes arquitectos del periodo barroco le dieron el aspecto definitivo que tiene en la actualidad.

Aunque no por completo, ya que finalmente en el siglo XX se decidió intervenir en su entorno. Es decir, se hicieron unos trabajos de carácter urbanístico y paisajístico para incrementar la belleza del lugar, de manera que se ha convertido en un sitio no solo religioso sino también como de visita por placer, dando un paseo desde el centro de la ciudad hasta este sitio rodeado de naranjos.

Además a las figuras devocionales históricas se han ido incorporando otros elementos ornamentales, uno de ellos característico del arte valenciano, como son los murales cerámicos.

En definitiva, que como decíamos al principio, el templo de la Mare de Déu del Lledó no es una obra maestra de la arquitectura, pero si representa a la perfección la evolución de la construcción popular y de las creencias a lo largo de varios siglos.