Arte abasí
Al igual que ocurre con las formas artísticas de la época románica o gótica, en el arte islámico también se puede apreciar una evolución a lo largo de su producción aunque quizás no sea tan sencillo percibir los cambios que se van produciendo en cada uno de los campos artísticos; en este artículo nos centraremos en uno de los periodos más fructíferos de esta corriente artística, el arte abasida.
Resulta imprescindible conocer la historia del pueblo musulmán para poder entender los cambios sociales y culturales que se produjeron en esta época. El califato abasí también conocido como Califato Abasida o de Bagdad, es la familia de califas suníes que sustituyó a los omeyas y ocupó el poder entre 750 y 1258. Aunque al principio se establecieron en Fufa, en el año 762 el califato cambió su capital a Bagdad. Cuando hablamos de la producción artística de esta época, las fechas son distintas ya que a mediados del siglo XI, las influencias de los turcos selyúcidas en el entorno artístico ya empiezan a hacerse notables.
Como consecuencia de las restricciones que impone el Corán en el arte islámica, da igual en la época que sea se prohíbe tajantemente la representación de figuras de ahí que, la arquitectura sea el campo artístico más desarrollado de este arte. En el terreno urbanístico debemos destacar como el califato abasí impulsó el crecimiento de dos ciudades hasta donde trasladó los principales puntos de poder: Samarra y Bagdad. La ciudad de Bagdad, debe ser la más interesante de las dos por ser el centro político de la época, no obstante sus restos aparecen aún hoy enterrados ya que subyacen bajo la ciudad actual. Los restos de Samarra nos hablan de una ciudad circular cuyas ruinas han sido estudiadas por arqueólogos como Ernst Herzfeld o Alastair Northedge. En su interior la ciudad albergaba al menos dos grandes mezquitas (una de ellas la conocida como Gran Mezquita de Samarra y la otra la mezquita de Abu Dulaf) de las que apenas quedan unas pocas ruinas pero que presentan una interesante estructura en su alminar configurándose éste con una forma helicoidal.
En cuanto a la decoración de los edificios destacan las formas geométricas realizadas con estuco, en este sentido los historiadores del arte han catalogado tres estilos diferentes de estucado todos ellos muy importantes a la hora de influir en otras artes menores.
Es precisamente en el campo de las artes menores donde podemos encontrar algunas de las aportaciones más destacadas de la época, por ejemplo en la cerámica los abasíes nos dejaron una nueva técnica de loza, entendida ésta no como nuestra cerámica tradicional sino como una arcilla cubierta por una capa vítrea que le otorga mayor brillo. Otra de las técnicas que aparecieron en este época es la del brillo metálico según la cual se puede conseguir un efecto de objeto metálico añadiendo iones de metal a la pasta cerámica; esta técnica llegó a ser muy popular y la podemos encontrar en el alminar de la mezquita de Kairuan.