Arte mudéjar
Ante el avance del proceso reconquistador a lo largo de la Edad Media, se van a ir incorporando a los reinos cristianos una serie de comunidades islámicas que van a aportar a los reinos cristianos, sus formas artísticas y modos de vida. El arte mudéjar es el realizado en la España cristiana a partir del s. XII, bien realizado por musulmanes o cristianos atraídos por las formas del arte islámico, que incorpora elementos característicos del arte musulmán.
Entre las peculiaridades destacadas del estilo podemos señalar como la primordial, la fusión de los estilos cristianos (Románico, Gótico y Renacimiento) con motivos ornamentales y materiales empleados en Al Andalus, realizando estructuras arquitectónicas cristianas con materiales pobres como ladrillo, yeso o madera, que adquieren una nueva función decorativa, que forma parte esencial de la arquitectura, lo mismo que en el arte islámico. Estos materiales se usan en los distintos elementos arquitectónicos, así el ladrillo suele utilizarse para muros y pilares, la madera para realizar techumbres artísticas en los artesonados y el yeso para ornamentaciones geométricas.
Los tipos de edificaciones comprenden iglesias, capillas, casas, palacios, fortificaciones, castillos, murallas, puertas de acceso, e incluso sinagogas, ya que los judíos se sirvieron también de las formas del arte musulmán, en motivos como el uso del alfiz y los arcos polilobulados, por ejemplo.
El área de difusión engloba León, las dos Castillas y Aragón. Es de destacar la notable presencia de esta influencia en la arquitectura en Canarias y en América, siendo de todos los diferentes motivos lo más difundido, la presencia de los artísticos techos de madera.
La cronología del estilo la podemos sintetizar de la siguiente manera: el Románico-mudéjar de los siglos XI al XII; el Gótico-mudéjar, del XIII al XIV, etc., continuando su influencia hasta el s. XIX.
Ejemplos destacados del Románico-mudéjar castellano leonés lo constituyen en Toledo El Cristo de la Vega y Santiago del Arrabal (con torre exenta, como en el Románico italiano); en Sahagún (León), San Lorenzo y San Tirso, con ábsides abovedados, torres de arquerías dobladas y el uso de ladrillo en lugar de piedra. Del Gótico-mudéjar castellano-leonés, en Toledo la sinagoga Santa Mª la Blanca (época almohade) y la sinagoga del Tránsito (nazarí); en Tordesillas, de mediados del s. XIV, se conserva el Palacio, con paño de “sebka” (redes de rombos) y patios con arcos polilobulados.
Del mudéjar andaluz, quedan como ejemplos destacados, el Alcázar de Sevilla, que muestra influencia nazarí en los techos de mocárabes y la Capilla Real de la Mezquita de Córdoba con bóvedas de crucería.
Del mudéjar aragonés, cabe destacar la profusa y rica decoración que envuelve el interior y el exterior de los edificios, con paredes recubiertas por fajas horizontales que muestran una gran variedad de temas geométricos y presentan incluso en ocasiones cerámica vidriadas polícromas, tanto en los muros como en otros elementos, como el fuste de las columnas, por ejemplo. Además, la singularidad en Aragón la marcan las torres, entre las torres que destacan, en Teruel las torres-puerta de San Martín y del Salvador, además de la de la catedral de Santa María de Mediavilla, junto a la techumbre y el cimborrio…