Casitas del Príncipe y del Infante, Juan de Villanueva
Las Casitas del Príncipe y del Infante, ambas situadas en el Real Sitio del Monasterio del Escorial, son obra de uno de los arquitectos más destacados del estilo neoclásico español, Juan de Villanueva. En estas construcciones el artista plasma su concepción clasicista de la arquitectura al servicio de la monarquía española creando dos lugares de recreo destinados a jóvenes miembros de la monarquía para que éstos pudiesen contar con un espacio propio.
Juan de Villanueva (1739 – 1811) es el mejor representante de la arquitectura neoclasicista en España. Nacido en el seno de una familia de artistas, su padre y su hermano menor también fueron arquitectos, Juan de Villanueva se formó en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid. Gracias a sus excelentes actitudes logró una beca de pensión completa para pasar cinco años en Roma, allí el artista pudo estudiar detenidamente las formas clasicistas y empaparse del estilo racionalista que tanto admiraba. A su regreso a España Villanueva se consolidó como uno de los grandes arquitectos realizando importantes encargos para los monarcas de la época como Carlos III o Carlos IV.
Casi en la misma época, a lo largo de la década de los setenta, el artista levantó la Casita del Príncipe o Casita de Abajo y la Casita del Infante o Casita de Arriba. Ambas obras, son dos palacetes de recreo donde los miembros de la familia real podían retirarse para alejarse de las formalidades y rectitudes que regían en el Monasterio del Escorial.
La Casita del Príncipe fue construida para el futuro monarca Carlos IV, cuando éste aún era príncipe. En origen se trataba de un edificio de bloque rectangular con dos planta al que posteriormente se añadieron en la década de los ochenta dos alas nuevas. En cuanto al interior del palacio debemos señalar que si en origen se encontraba ambientado según el gusto de la época, el edificio fue arrasado por la tropas napoleónicas y posteriormente vuelto a decorar por el monarca Fernando VII. Alrededor de la construcción destacan los múltiples jardines tanto en la fachada delantera como en la trasera, los cuales se comunican a través de un pórtico columnado de estilo toscano.
Por su parte la conocida como Casita del Infante, es un pequeño palacio muy cercano al anterior destinado al Infante Gabriel de Borbón, uno de los hijos de Carlos III. Se dice que el infante era un gran aficionado a la música y que su padre, mandó construir el palacete para que su hijo pudiese disfrutar de su afición, los meses en los que la familia se retiraba al Escorial, sin perturbar la vida monacal. Esto explica que la construcción cuente con una excelente acústica que permite escuchar la música del interior desde los jardines del palacio, para ello el arquitecto diseñó una segunda planta del edificio completamente destinada a la celebración de conciertos con pequeños vanos y ventanales que se abren al exterior. Los jardines de tipo italiano con terrazas y terraplenes descendentes los cuales parten desde una galería porticada que abre el palacio al exterior.