Castle Drogo
Desde la lejanía esta imponente construcción puede parecernos un castillo medieval. Sin embargo su edificación es mucho más reciente, ya que se levantó entre 1910 y 1930, siguiendo los planos del arquitecto Edwin Landseer Lutyens (1869 – 1944). Este arquitecto realizó diversas casas unifamiliares, como en este caso, y siempre aportó para ello una visión muy personal de la arquitectura, en la línea del movimiento artístico de arts and crafts.
Esta enorme casona se encuentra en Devon, Gran Bretaña, y se eleva sobre un terreno granítico a más de 50 metros, en un acantilado, sobre el río Teign. Y es que una de las características de la arquitectura de Lutyens es que siempre supo amoldarse a la perfección a los peculiares solares sobre los que asentaba sus obras.
Estudiando los planos y diseños originales se puede ver como el proyecto fue modificando sus formas y también reduciendo su tamaño, y es que no hay que olvidar que su construcción se prolongó durante 20 años. De hecho, se sabe que en el mismo emplazamiento de Castle Drogo realizó una maqueta a tamaño real con madera y lona. Si bien ese proyecto inicial tenía un presupuesto que no podía asumir el cliente. Por eso tuvo que hacer numerosas revisiones, hasta que finalmente que se acabó construyendo una tercera parte de lo planteado en un inicio.
El Castle Drogo no solo es una obra maestra de la arquitectura, sino también un testimonio de la perseverancia y la visión de su creador. A pesar de los numerosos desafíos y obstáculos, Lutyens nunca se desvió de su visión original. Su dedicación y compromiso con la perfección se refleja en cada detalle de la construcción, desde la elección de los materiales hasta la disposición de las habitaciones.
Como propio del estilo de arts and crafts hay que entender el uso de materiales locales y el recuerdo en las formas de un castillo feudal, eso sí reinterpretado. Y el gran triunfo de esta construcción es que compagina al mismo tiempo una forma muy grandiosa y un tanto ostentosa con el sentido íntimo que siempre ha de tener una vivienda.
Todas las fachadas están construidas con muros de granito, lo que provoca la sensación de que el castillo surge de la propia roca sobre la que se asienta. Para la realización de esos muros tan solo trabajaron dos maestros canteros que realizaron su trabajo siguiendo de una forma estricta los métodos tradicionales de trabajo de la Edad Media.
En el proyecto era muy importante la apariencia que se le quería dar a este granito. Por eso para acentuar los volúmenes de los muros, que llegan a alcanzar un espesor de 120 centímetros, hizo que se fuera distribuyendo por las fachadas diferentes chaflanes tanto de trazada horizontal como vertical. Mientras que la carpintería para los muchos vanos de esos muros se coloca enrasada con la pared interior.
A esa sensación de volumen también ayudan las buhardillas achaflanadas y escalonadas de las zonas superiores. Lo cual al mismo tiempo evoca la forma de los torreones y almenas medievales.
Todo el interior tiene una distribución muy inteligente para sus dependencias, repartidas en distintos niveles, que se unen a partir de pasillo y escaleras volteadas en piedra. De este modo todo tiene una variada secuencia de espacios para la circulación de las personas. Por ejemplo en el segundo piso se encuentran las habitaciones privadas y las de los huéspedes. Mientras que en el ala norte se ubican las cocinas en la planta baja. Y para un lado u otro se parte desde un patio que hay tras la fachada de entrada.
Además, el Castle Drogo cuenta con una serie de características únicas que lo distinguen de otras construcciones de su época. Por ejemplo, el castillo cuenta con un sistema de calefacción central, algo poco común en las construcciones de principios del siglo XX. También cuenta con un sistema de recolección de agua de lluvia que se utiliza para abastecer las necesidades de agua del castillo. Estas innovaciones, junto con la atención al detalle en la construcción y el diseño, hacen del Castle Drogo una verdadera joya de la arquitectura.