Catacumbas de Santa Ágata en Rabat
Rabat, situada junto a Mdina, son dos de las ciudades más antiguas de la isla de Malta. De hecho, aquí estaba su capitalidad antes de que ese rango se le cediera a la ciudad de La Valletta, situada a orillas del mar, mientras que Rabat y Mdina están en el centro de la isla.
Esa antigüedad, hace que aquí se encuentren algunos de los vestigios históricos y artísticos más viejos de Malta, y entre ellos hay que citar la catacumbas paleocristianas que hay bajo la iglesia de Santa Ágata, y que están consideradas entre las catacumbas más interesantes de toda la Cristiandad.
Se supone que Santa Ágata llegó a la isla maltesa a mediados del siglo III, huyendo de las leyes que perseguían a los cristianos y que había promulgado el emperador romano Decio. Y se supone que la santa se refugió precisamente en este lugar durante su estancia.
Esas catacumbas fueron a partir de entonces un lugar constante de oración y de culto, por ello hoy en día en estas paredes se guardan hasta 30 pinturas al fresco que se han realizado a lo largo de la historia, desde el siglo XII hasta el XV. Así como también se pueden apreciar tumbas, altares y diversos huecos excavados en la roca como espacios de veneración.
En realidad el conjunto de las catacumbas es muy amplio, y más aún si se le suman las vecinas catacumbas de la cercana iglesia de San Pablo. De este modo en total, aparecen hasta tres kilómetros cuadrados de lugares de culto, cuya ocupación se remonta a tiempos paleocristianos. En conjunto resulta un grande e interesante laberinto de altares, corredores, cámaras y tumbas. En cuanto a estas últimas, ni que decir tiene, que fueron desvalijadas de cualquier cosa valiosa que poseyeran, hace ya mucho tiempo.
No obstante, los tipos de enterramiento de todas estas catacumbas son muy interesantes, y se corresponden con cuatro estilos diferentes. Uno de ellos es la tumba adoselada, que vendría a ser algo así como una cama con columnas que sostienen una gran losa tallada en la roca.
Otro tipo de tumbas de las que se encuentran aquí son las de estilo arcosolium, que son huecos excavados en la pared de roca y que luego se han decorado tallando arquerías en esas paredes internas.
Evidentemente, también hay tumbas de suelo, es decir, huecos en la pavimento, posteriormente cubiertos con una losa o lápida. Y junto a estas tumbas suele haber unas rudimentarias mesas talladas en la roca con bancos circulares, donde se supone que se reunían los familiares en los entierros o en las fechas señaladas en las que acudían a recordar a sus muertos.
Y por último, está el tipo de tumba llamadas loculus, que se puede decir que es el modelo más triste de todos, que no son más que un pequeño hueco excavado en la pared, y que posiblemente fueran tumbas de niños.