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Catedral de Wells

Publicado por Laura Prieto Fernández

La Catedral de Wells levanta en su ciudad homónima en el condado de Somerset al sur de Inglaterra se ha identificado como una de las joyas de la arquitectura gótica inglesa. No en vano, la catedral es comúnmente conocida como “la más poética de todas las catedrales inglesas” y no es para menos, en Wells la arquitectura se conjuga perfectamente con la escultura y la pintura para crear un monumento galante cuyas enormes dimensiones no desvirtúan un ápice de su elegancia.

La localidad de Wells ya contaba a principios del siglo VIII con un pequeño templo dedicado a San Andrés; de esta primitiva construcción aún se conservan algunos restos como la pila bautismal que se encuentra en el interior de la catedral o unos pocos restos dentro del primitivo claustro. Parece ser que en torno al siglo X la diócesis fue trasladada de Shorbone hasta Wells y en 1175 el obispo Reginald de Bohun comenzó la construcción de este nuevo templo que de hecho no estuvo completamente terminado hasta 1490.

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La Catedral de Wells representa uno de los mejores ejemplos del denominado primer gótico inglés o early style y de hecho, el coro de la catedral de Wells está considerado por los expertos como la primera obra íntegramente gótica de toda Europa.

Con planta de cruz latina divida en tres naves y un amplio desarrollo de la cabecera y el presbiterio, Wells se dignifica con la unidad espacial que se puede apreciar tanto en el interior como en el exterior del templo. Se trata con una catedral de tres naves en la que la nave mayor es más ancha y alta que las laterales y se separa de éstas gracias a las arcadas apuntadas sostenidas por columnas con múltiples nervios que recogen los tirantes o nervios de las bóvedas. En el alzado se diferencian tres tramos: las arcadas, el triforio y un magnífico claristorio o zona de ventanales que aún conserva alguna de las primitivas vidrieras. En el interior destacan las preciosistas y complicadas bóvedas que evolucionan desde la zona de los pies con bóvedas cuatripartitas hasta la cabecera con bóvedas más complicadas cuyos nervios se entrecruzan haciendo de la techumbre una verdadera obra de arte. En este sentido, también debemos destacar el arco de tijera que da acceso a la zona del transepto y que confiere al edificio un aspecto único.

En el exterior la catedral de Wells se caracteriza por su gran fachada a los pies, de tipo pantalla que esconde la arquitectura e incluso sobresale de las naves formando un amplio pórtico a los pies. La fachada tiene un desarrollo horizontal como es típico de la arquitectura gótica inglesa con tres cuerpos superpuestos de los cuales, paradójicamente el de acceso es el de menor tamaño. El conjunto se completa con múltiples esculturas de reyes y un sinfín de arcadas apuntadas que actuaban a modo de hornacinas. En los laterales se añadieron posteriormente, en torno al siglo XIV, dos torres achaparradas que sobresalen por encima del cuerpo central.