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Conjunto arqueológico Cancho Roano

Publicado por Laura Prieto Fernández

El conjunto arqueológico de Cancho Roano es el complejo tartésico que mejor ha llegado hasta nuestros días. Se trata de un enclave arqueológico de suma importancia que se ubica en la provincia de Badajoz, más concretamente en la localidad de Zalamea de la Serena, muy cerca de un arroyo conocido como Cagancha.

Incluso los historiadores más antiguos como por ejemplo Estragón, nos hablan de la complejidad de los pueblos tartesios, ya que éstos reñían una cultura y sociedad mucho más avanzada que otros pueblos prerromanos que habitaban la Península Ibérica. Pero lo cierto es que la influencia de los tartesios se dejó ver por todo el Mediterráneo, era un pueblo dedicado eminentemente a la agricultura y minería, pero también al comercio por lo que era fácil que, en sus desplazamientos, su influencia se diseminara por las zonas en las que navegaban.

Cuando hablamos del conjunto arqueológico de Cancho Roano debemos señalar que, si bien las primeras excavaciones de carácter científico datan de finales de los años setenta, las primeras noticias de este enclave arqueológico son anteriores, concretamente de los años cincuenta, cuando el dueño de una finca aledaña al enclave arqueológico se dispuso a aplanar el terreno con una excavadora para así facilitar las labores agrícolas; en ese momento, aparecieron los primeros restos y poco después el maestro del pueblo que era aficionado a la arqueología excavó por su cuenta algunos estratos y realizó una pequeña exhibición con los restos hallados en la zona.

En Cancho roano se han encontrado los restos de un antiguo edificio que se conservan en bastante buen estado para haber estado enterrados. Los cimientos de la construcción se han realizado en piedra sin tallar mientras que las paredes son de adobe o tapia. En realidad, en el conjunto se puede apreciar hasta un total de tres construcciones de distintas épocas, donde la mayor diferencia es la ampliación de los espacios, así como la mejora en el uso de materiales cada vez más complejos. En el interior del edificio encontramos tres estancias pequeñas y otra de mayor tamaño, además se han descubierto dos altares que pertenecerían a distintas etapas constructivas. El más antiguo de los dos altares tiene una forma redondeada y un triángulo adosado al círculo, ésta podría ser una representación de la diosa cartaginesa Tanit; el otro altar, más moderno, presenta forma de piel de toro.

Pese a los numerosos estudios realizados al respecto lo cierto es que los investigadores no han podido ponerse de acuerdo sobre la función que cumpliría el edificio y mientras unos defienden que debía de tratarse de un palacio, otros piensan que más bien sería un templo.