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Museo Arqueológico Provincial de Alicante (MARQ)

Publicado por Virginia

MARQ Alicante Quizá en un principio la ubicación del Museo Arqueológico Provincial de Alicante desoriente, al no asociarse su forma con la habitual en una institución de esta clase tan reciente. Situado en el antiguo Hospital Provincial de San Juan de Dios, es éste un caso más de arquitectura recuperada, documentándose la primera ubicación del museo en una planta baja del Palacio de la Diputación de la ciudad.

Ejemplo de una fuerte apuesta por las más adelantadas propuestas en materia de museografía, el MARQ recibió en el año 2004 el premio al mejor Museo Europeo del año, galardón concedido por el European Museum Forum a aquellos museos «comprometidos con la renovación de los lenguajes expositivos y con la promoción del turismo cultural en Europa».

Una de las secciones más destacables en este sentido es la que comprende los tres montajes dedicados a la arqueología de campo, urbana y subacuática; cada una de estas partes está destinada, mediante supuestos escenográficos, a explicar los procedimientos arqueológicos, siendo el resultado visual francamente espectacular.

Los recursos «dramáticos» abundan en las distintas salas destinadas a exposición permanente del museo (Prehistoria, Cultura ibérica, Cultura romana, Edad Media, Moderna y Contemporánea), destacando el empleo de recursos visuales y escenográficos que no sólo tratan de facilitar la transmisión de la información sino que además intentan recrear «ambientes».

En definitiva, es este un museo que recoge toda una serie de los más modernos recursos, puestos al servicio de la explicación del pasado y la arqueología, sorprendente debido a su originalidad y novedad y con una clara intención didáctica y de acercamiento al público (y no sólo a través del tratamiento de los contenidos sino de todos sus servicios adicionales).

Cuenta con un plan de actividades didácticas (una parte de ellas externas, como las visitas a los yacimientos), una tienda-librería donde se venden reproducciones de las piezas de la colección, un bar (el BARQ) e incluso con una mascota virtual llamada Llumiq.

Un museo realizado con un gran abanico de medios, que hay quien ha definido como elaborado «a golpe de talón», que cuenta con sus detractores (opinan que podría sufrir la posibilidad de caer en el efecto «parque de atracciones»), pero que resulta cuando menos realmente entretenido e interesante de ver.