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El Puente de Brooklyn

Publicado por A. Cerra
Puente de Brooklyn en Nueva York

Puente de Brooklyn en Nueva York

Esta obra a medio camino entre la ingeniería y la arquitectura, además de ser una de las imágenes más emblemáticas de Nueva York, es uno de sus grandes tesoros artísticos e históricos.

El puente se construyó entre los años 1870 y 1883, y cuando se inauguró ese año se convirtió en el puente colgante más grande del planeta, ya que superaba los 1.800 metros de longitud y entre los pilares que lo mantienen en pie sobre el East River alcanza una luz máxima de 486 metros. Unas dimensiones que años después fueron superadas por el puente escocés de Forth Bridge.

Además cuando se tendió el Puente de Brooklyn también fue el primero se hizo suspendiendo su superficie sobre cables de acero. Por ello es todo un emblema de las construcciones realizadas a finales del siglo XIX.

El diseño y construcción del puente fue llevada a cabo por la firma de ingenieros Roebling. Concretamente el gran responsable fue John Augustus Roebling quién hizo el proyecto y lo denominó como una gran obra de arte. Sin embargo, de alguna forma esta familia quedó marcada por esta obra. Antes habían realizado otros puentes colgantes mucho menores en distintos lugares de Estados Unidos, aunque su gran obra fue esta. Pero durante los años que duró el trabajo, J. A. Roebling murió por un accidente en el río, así que su hijo retomó los trabajos, pero acabó también muy dañado físicamente por sus labores durante el proceso de cimentación. Esto obligó a su esposa a tener que aprender ingeniería para trasmitir las órdenes de su marido, postrado en la cama, a los trabajadores. Al final fue ella, Emily Warren Roebling la primera persona que cruzó a pie este puente que une la isla de Manhattan con Brooklyn.

El resultado es un puente de inspiración neogótica, por los arcos apuntados que se abren en sus torres. Estas torres están realizadas en caliza, granito y cemento. A lo que hay que sumar los cables de acero que lo hacen colgante. En total hay unos 23.000 kilómetros de cable de acero para suspender toda esta estructura sobre el río. Para estos cables se planteó que superaran en seis veces la fuerza necesaria para mantener el puente en pie, incluso en condiciones de fuertes vientos. Seguramente por eso sigue hoy en activo, ya que otros muchos puentes colgantes de la época e incluso posteriores, no han resistido el paso de los años. Y eso que en una primera fase les suministraron un acero de menor calidad a la solicitada.

En la actualidad el puente posee tráfico rodado en seis carriles, además de unas vías para peatones. Y aunque ahora ya no pasan por ahí, el Puente de Brooklyn también ha servido para la circulación de trenes elevados y tranvías. Porque la anchura útil de este magnífica obra alcanza los 26 metros.