Iglesia de Santiago de Peñalba
Al explorar los conocidos Montes de León en Castilla y León, son pocas las pistas que nos ayudan a encontrar en esta zona tan desangelada uno de los monumentos más destacados y conocidos de la estética mozárabe. A unos quince kilómetros de la localidad de Ponferrada, en la zona más desangelada del Valle del Oza encontramos la pequeña iglesia de Santiago de Peñalba. En realidad, si pensamos en las posibilidades del aislamiento, esta zona se convierte en uno de los mejores lugres para encontrar el refugio en la paz y la meditación que los monjes de la época necesitaban.
Cuando hablamos de arte mozárabe nos referimos a aquellas manifestaciones artísticas que surgieron de las manos de artistas y artesanos hispanos pero levantadas en territorio musulmán durante la época de la conquista islámica en la Península Ibérica en el siglo VIII. A día de hoy, la iglesia de Santiago de Peñalba es el único resto que nos queda del cenobio que fundó San Genadio en torno al siglo X. San Genadio abandonó el arzobispado de Astorga para recluirse en una pequeña comunidad monástica que él mismo fundó alejada de cualquier núcleo urbano, en busca de paz y tranquilidad. De aquel primitivo monasterio no queda resto alguno pero sí se conserva la iglesia que el sucesor de San Genadio, el Abad Salomón, mandó construir para albergar los restos mortales del santo.
En Santiago de Peñalba nos encontramos con una pequeña iglesia de planta de cruz latina, con una sola nave formada por dos tramos cuadrangulares. Quizás lo más destacable de su configuración sean los dos ábsides contrapuestos es decir, un esquema compositivo en el que el ábside de la cabecera –en este caso cuadrangular al exterior y con forma de herradura al interior- se repite a los pies de la iglesia. Si bien es cierto que este esquema compositivo no es típico en la arquitectura peninsular, ya se habían levantado algunos ejemplos en la zona norte europea, concretamente en las iglesias alemanas y en la Península Ibérica se puede encontrar un ejemplo similar en el templo de San Cebrián de Mazote.
Durante algunos años, los expertos pensaron que las capillas laterales que conforman el crucero fueron añadidos posteriores ya que su tamaño y configuración son asimétricos con respecto al resto del conjunto arquitectónico sin embargo, estudios recientes parecen demostrar que toda la fábrica del templo fue unitaria, proyectándose de esta manera desde su origen.
Muy interesantes como muestra de la influencia de la arquitectura islámica son los arcos de herradura que sirven de acceso a las capillas, tanto a la del altar como a la de los pies o nártex. Estos accesos se realizan a través de grandes arcadas con columnas de tipo ático y capiteles decorados con motivos vegetales, hojas de acanto.
Este mismo esquema se repite en la portada meridional de acceso al templo, ésta vez son dos arcadas de herradura sustentadas por tres columnas, más bien finas, labradas en mármol y con motivos vegetales.