La catedral de Salisbury (Inglaterra)
La catedral de Salisbury, en el sudoeste de Inglaterra, se inició en una llanura, lejos de los núcleos habitados, a diferencia de las catedrales francesas, construidas normalmente en las zonas altas de ciudades densamente pobladas. Existe una leyenda que relata que la decisión del emplazamiento se decidió por un sueño del obispo Roger Poore a quien se le apareció la Virgen ordenándole edificar la catedral en ese lugar. Supone un buen ejemplo de lo que fue el primer estilo inglés.
El diseño de la catedral ofrece una gran coherencia, ya que no necesita adaptarse a ninguna construcción precedente, como por ejemplo le sucedió a la catedral de Chartres. Su plano también difiere de los edificios franceses, incluido el de Reims, contemporáneo suyo. Los dos edificios presentan plantas cruciformes, utilizan bóvedas rectangulares cuatripartitas para cubrir los espacios principales, pero luego, en la catedral de Reims, las capillas se distribuyen radialmente alrededor de la girola y el transepto sobresale poco, mientras que en Salisbury nos encontramos con dos transeptos y un extremo oriental cuadrado, y ambos transeptos solamente tienen naves laterales en sus flancos orientales. En el extremo oriental del edificio hay una pequeña capilla llamada “Lady Chapel”, dedicada a la Virgen, patrona de la catedral (como suele ser habitual en el gótico). Este tipo de capillas, frecuentes en el gótico inglés son una de sus señas identificativas.
El interior tiene un carácter particularmente inglés y, aunque también tiene bóvedas de crucería, arcos apuntados y labor de tracería, los elementos horizontales cobran mayor relieve, por lo que su aspecto es radicalmente diferente de las iglesias francesas. Otros elementos interiores diferenciadores son las enjutas de los arcos de la arcada principal que no están delimitadas por columnillas adosadas; las aberturas del triforio, bastante más amplias, ya cada una está compuesta por dos arcos rodeados de un tercero prácticamente de medio punto; la gran cantidad de molduras que rodean los arcos, sobre todo en la arcada principal y en el triforio; las múltiples columnitas de mármol oscuro que contrastan con el tono de la caliza, etc. Las tracerías y los arcos se distribuyeron con criterios geométricos en todo el conjunto.
El exterior, ofrece el aspecto de un edificio bajo y largo, destacando una gran torre como cimborrio en el centro del crucero, que fue añadida en el siglo XIV. Destaca una moldura de base quíntuple que continúa ininterrumpidamente por todo el exterior, incorporando incluso a los contrafuertes. La fachada occidental no refleja la compartimentación interior (contrariamente a las francesas que sí lo hacen), y aparece estructurada por tres altas ventanas apuntadas que iluminan el interior de la iglesia y tres puertas de acceso al edificio, siendo la central más alta que las otras. Los extremos de la fachada se coronan por dos pequeñas agujas, que visualmente destacan poco (no como en el gótico francés que ocupan un mayor espacio y volumen). Toda la fachada aparece subdividida por bandas horizontales de hornacinas que contienen en su mayoría esculturas, mientras que las portadas, a diferencia de las catedrales francesas no están decoradas con figuras esculpidas.