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La Lonja de Palma de Mallorca

Publicado por A. Cerra

La Lonja de Palma de Mallorca

Uno de los edificios más valiosos que se pueden ver en la ciudad de Palma de Mallorca, después de admirar su increíble catedral gótica, es la Lonja de Palma que se encuentra en el casco histórico de la capital balear.

Se trata de un edificio levantado entre los años 1426 y 1444, siguiendo la dirección del maestro de obras Guillem Sagrera. Por lo tanto también ese monumento mallorquín pertenece al arte gótico.

Es una construcción de forma prismática, siendo casi un cubo. Así se generan cuatro fachadas, todas ellas muy sobrias, y en las que tan solo llaman la atención las molduras que enmarcan los vanos. Así como también atrae las miradas la galería abierta y almenada de la parte superior, donde además se colocan diferentes torrecillas, dándole a este espacio mercantil una apariencia militar, y que al mismo tiempo recuerda a las construcciones palaciegas.

En los vanos, sean puertas o ventanas, se manifiesta que estamos ante un edificio del gótico más avanzado, ya que aunque se usa la forma de ojiva típica de este estilo, para decorarlo se recurre a la ornamentación del flamígero.

Y si las fachadas tienden a la austeridad y la sencillez, la verdad es que las sensaciones son muy diferentes cuando entramos a su interior. Ahí nos espera un espacio de planta de salón, o sea, con sus tres naves de idéntica altura, y que en este caso se separan por apenas seis elegantes columnas. Son columnas de lo más esbeltas y carecen de capitel alguno. De este modo su decoración consiste en unas estrías helicoidales que recorren todo su fuste hasta llegar a su parte más alta donde parecen convertirse en las nervaduras de las bóvedas de crucería que techan todo este espacio.

Interior de la Lonja de Palma de Mallorca

El resultado estético de este sistema constructivo es de lo más sugerente, y cualquiera puede evocar las palmeras al contemplarlo. Además la altura y la esbeltez de las columnas proporcionan al interior una sensación de amplitud evidente. Casi como si fuera un espacio diáfano, algo que cuadraba a la perfección con el uso que tenía la lonja, o sea, un mercado donde los vendedores debían exponer sus mercancías y los compradores tenían que moverse fácilmente entre los puestos de venta.

En definitiva, estamos ante una obra muy interesante de la arquitectura civil del gótico en el Levante español. No en vano, las formas de este edificio influyeron muy claramente en otras obras posteriores, de forma especial en la Lonja de la Seda de Valencia. Y es que Guillem Sagrera fue un importante arquitecto para la Corona de Aragón ya que trabajó en la isla en este edificio o en la magnífica catedral. Así como también intervino en la Catedral de Girona o participó en la construcción del Castellnuovo de Nápoles por encargo del rey aragonés Alfonso V el Magnánimo.