Catedral de Palma de Mallorca
Este imponente edificio de estilo gótico se levantó sobre el solar que ubicaba una mezquita precedente, que fue “purificada” según las costumbres de la Reconquista y consagrada al culto católico allá por el año 1230, coincidiendo con la llegada a la isla del rey Jaime I el Conquistador, quién tomó Mallorca tras tres siglos de ocupación musulmana.
Si bien, la construcción que vemos hoy en día es fruto de muchos siglos de obras, ya que el templo gótico como tal se comenzó a edificar a principios del siglo XIV, pero no se dio por concluido hasta el año 1587. Y a eso hay que sumar las diferentes reformas que ha sufrido a lo largo del tiempo, algunas tan especiales como la que realizó en 1904 el arquitecto modernista Antoni Gaudí. Y todo ello únicamente en lo referente a la obra arquitectónica en sí, porque en cuanto a su patrimonio artístico en forma de arte mueble, es decir, pinturas, esculturas, orfebrería,etc, su riqueza es enorme, incluida la grandiosa recreación de más de 3000 metros cuadrados de cerámica que en 2007 hizo el artista contemporáneo Miguel Barceló, mallorquín de nacimiento.
La catedral tiene tres portadas, y cada una de ellas diferente. El Portal Major es una obra de estilo manierista con motivos típicamente platerescos. El Portal de l’Almoina es de estilo gótico y se sitúa junto al campanario, por éste es por el que habitualmente se entra al interior del templo. Y el tercero es el Portal del Mirador, realizado en el siglo XIV y desde el que se ve el mar Mediterráneo.
El interior del templo consta de tres naves muy amplias. Pero en su enorme espacio también se ubica la sala Capitular, así como está la zona del coro en la conocida como Capilla Real que se sitúa en el espacio existente tras el altar Mayor.
Es curioso ver el ábside descubierto que tiene la Catedral, en cuyo interior también se integra el Baptisterio o espacio destinado para celebrar los bautizos. En definitiva se trata de un conjunto único, en donde se puede apreciar casi toda la historia del arte europeo pasando por las naves, la cabecera y las capillas laterales, y por supuesto por el Museo de la Catedral situado en la sacristía del templo.
Pero aunque hay una gran mezcla de estilos artísticos en el edificio, sin duda alguna el que más destaca es el arte gótico, tanto al interior como al exterior de la iglesia.
Al exterior se puede apreciar la enorme altura del templo alcanzada gracias al empleo de pilares, arbotantes y resistentes contrafuertes, lo que permite la apertura de grandes ventanales, donde se ven preciosas vidrieras, entre ellas la del gran rosetón situado justo encima del altar mayor, del cual se dice que es el mayor de todo el mundo.
Mientras que en el interior esa gran altura se alcanza gracias a la construcción de esbeltos pilares de sección octogonal que se desarrollan mucho en altura y que sostiene una cubierta de bóveda de crucería. Es decir, se trata del esquema típico de la arquitectura gótica, idéntico al que se puede ver en las grandes catedrales francesas como las de Reims, Amiens o Notre Dame de París.