Catedral Notre Dame de París
Se trata de una obra perteneciente al gótico clásico realizada en granito, que se levanta en una isla del río Sena en París, Francia. El obispo Maurice de Sully puso en el año 1163 la primera piedra y la catedral se finalizó en el año 1258. Los arquitectos Pierre de Montreuil y Jean de Chilles construyeron las fachadas norte-sur de la catedral.
La planta es casi de cruz griega y la nave del crucero apenas si sobresale de la misma. Consta de cinco naves y un doble deambulatorio dividido en tramos triangulares, con una serie de capillas cuadradas que lo circundan, con lo que resulta un enorme presbiterio. La nave central es de mayor altura que las laterales, y observamos como elemento sustentante columnas en vez de pilares, algo que suele aparecer en el primer gótico. Los elementos sostenidos son arcos apuntados bastante abiertos, bóvedas sexpartitas en la nave principal y de crucería en las laterales separadas por fajones. Sobre las naves laterales se encuentra la tribuna y, sobre ella, una serie de ventanales organizados por dos arcos con un óculo entre ellos y abrazados por otro mayor, con lo que presenta tres pisos en altura. Todos los huecos de ventanales y rosetones (que aparecen en las fachadas) aparecen decorados por vidrieras, con lo que la luz en el interior remite al ideal de espacio místico perseguido por los arquitectos de la época.
En el exterior consigue crear un perfecto equilibrio entre la línea horizontal y la vertical, tanto porque las torres que flanquean la fachada rematan en terraza, como porque al impulso ascensional de los portales se opone la horizontal dibujada por la galería de Reyes. Este equilibrio se rompe en el s. XIII en otros ejemplos góticos, al triunfar decididamente la vertical sobre la horizontal.
También por fuera se refleja la estructura interna, al observar las diferentes alturas, y poder contemplar el sistema de contrarrestos a base de arbotantes y contrafuertes alejados del muro, que forman parte del vocabulario del estilo.
Su fachada es el prototipo de las francesas, con un esquema en “hache”, teniendo el cuerpo principal dos torres que la flanquean, rematadas en terrazas. Cada una de ellas es una perfecta obra escultórica y cuentan con sendos rosetones. La fachada principal nos muestra una distribución en pisos y está dividida en tres puertas por el exterior, con lo que parece que tiene tres naves en vez de las cinco que presenta. Su ornamentación es riquísima, perfectamente adaptada al marco arquitectónico Sobre el parteluz se abre un tímpano encajado entre el dintel, dividido en tres partes, en la primera se representa el Limbo de los Justos, en la segunda Los Elegidos y en la última el Señor mostrando las heridas de sus manos, acompañado de los ángeles que sostienen los símbolos de la Pasión. En esa misma fachada hay nichos u hornacinas que albergan santos y profetas. Las arquivoltas apuntadas están llenas de figuras que recogen la disposición del arco, como es característico del estilo, en vez de disponerse radialmente, como ocurría en el Románico. Sobre esta primera planta de las puertas aparece un friso con las estatuas de los reyes. Según algunos autores serían los reyes de Francia a los que los ciudadanos agradecen los privilegios concedidos; según otros serían los reyes de Judea, precedentes de Cristo y que llevan en lugar de cetros, ramitas del árbol de Jessé. Ese friso fue destruido durante la revolución francesa y restaurado posteriormente por Viollet le Duc. Sobre ese friso hay un rosetón en el centro de menores proporciones que los de la fachada norte y sur, pero de igual calidad y artificio. Dos torres de planta cuadrada a cada lado rematan la construcción. Tienen los cuatro lados totalmente abiertos como corresponde a los campaniles y son perfectamente iguales. Hermosas y variadas gárgolas de desagüe y otra serie de figuras de coronación de aleros completan la escultura de este templo.