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Catedral de Notre Dame de Tournai

Publicado por A. Cerra

Vista área del conjunto de la Catedral de Tournai

La gran catedral de Notre Dame de Tournai está considerado como el mejor ejemplo de la evolución de la arquitectura religiosa medieval en Bélgica. En ella se puede ver como las formas fueron cambiando con el paso de los siglos, pero a diferencia de otros muchos templos que sufrieron cambios semejantes, en el caso de la catedral de esta ciudad del sur de Bélgica, muy cerca de la frontera con Francia, se puede distinguir muy claramente lo Románico de lo Gótico, que se funden pero conserva una extraordinaria pureza de líneas que los distingue. Por esa razón, no ha de extrañarnos que estemos ante una construcción que está declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Los orígenes de este espacio religioso hay que buscarlos en el siglo VI. Si bien de aquello solo quedan vestigios de rango arqueológico, ya que en el siglo IX se construyó una iglesia de planta basilical que es el germen de la actual catedral románica. No obstante sus elementos más emblemáticos como el ábside trilobulado ya son del mismo inicio del siglo XII. Y de hecho durante toda esa centuria se siguió trabajando en el edificio ya que no fue consagrado hasta el 1171.

Y posteriormente, el influjo del gótico llegado de Francia (están muy cerca Amiens o Reims) hizo que en el siglo XIII se construyera un coro gótico cuyo referente indudable es el de la Catedral de Notre Dame de París.

También es gótico el pórtico de su fachada principal en el que se ven unas arcadas irregulares cargadas de esculturas. Sin embargo, eso no es lo más llamativo de esta fachada. Lo más interesante es como se trata de una facha de inspiración horizontal y no vertical. Toda ella se organiza en dos franjas horizontales y se corona por un austero tímpano flanqueado por torrecillas cilíndricas. Por cierto el gran rosetón que ocupa una importante parte de la actual fachada no es medieval ya que se abrió en el siglo XIX dentro del espíritu neogótico de la época.

Fachada principal de la catedral de Tournai

Cuando hablábamos de pureza de líneas nos referíamos a que es fácil distinguible el momento de construcción de la fachada del armonioso crucero románico y el transepto que recuerda a la arquitectura renana de la Catedral de Espira.

Y es en ese crucero y transepto es donde se levanta lo más carismático de esta construcción. Son las cinco torres edificadas entre los siglos XII y XIII, siendo de alturas muy similares, aunque la más poderosa de ellas también es la más antigua, la que parte del propio crucero.

Y todo esto referente a la arquitectura en sí, pero la catedral de Tournai es un inmenso joyero que atesora una gran repertorio artístico en forma de esculturas, relieves, pinturas, orfebrería, vidrieras, etc… que la convierten en uno de los monumentos más impresionantes de toda Bélgica.