Belfort de Tournai
Repartidos por el territorio de Bélgica y también por el norte de Francia hay hasta 56 torres campanarios, que por su singularidad y, al mismo tiempo por el valor de su conjunto, están catalogadas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde hace más de dos décadas. Y entre esas selectas y espectaculares construcciones se encuentra el Belfort o Beffroi de la ciudad belga de Tournai.
Se trata de un gran torreón en el centro de la ciudad, junto a su famosa Grande Place y cierta distancia de la Catedral de Notre Dame. Una gran torre de más de 70 metros de altura absolutamente exenta. El lugar idóneo y más elevado de Tournai para instalar un cuerpo de campanas que desde hace siglos lo mismo ha anunciado ataques de ejércitos enemigos que ha celebrado todo tipo de festejos o la llegada de visitantes ilustres. Sin olvidar que las diferentes campanas y carrillones sonaban avisando de juicios, ejecuciones, bautizos o cualquier otra celebración de interés comunitario. O simplemente se daba la hora, algo que sigue ocurriendo en la actualidad.
Nació con esas funciones en el año 1188, cuando Tournai recibió del propio rey Felipe Augusto de Francia el privilegio de regirse con sus propios fueros, lo cual suponía diversos derechos, entre ellos poderse construir un campanario de este tipo. Una fecha tan temprana, lo convierte en la torre campanario más antigua del país.
En origen era más pequeño y de apariencia más defensiva, pero conforme creció la urbe, también fue necesario ampliarlo. Algo que se hizo a finales del siglo XIII. Fue entonces cuando se crearon los pináculos que hoy siguen haciendo de esquinas, y se añadió el último cuerpo. Además de que se coronó con un dragón en la parte alta y con esculturas de soldados en las esquinas. A lo cual con el paso del tiempo se han ido incorporando otros elementos como estandartes, figuras de tritones y sirenas, o superficies doradas.
Entre las diversas campanas, las hay para diferentes usos, y los ciudadanos sabían que significaba el tañido de cada una de ellas. Por ejemplo, había una que anunciaba de los incendios. Y es que entre las funciones del Beffroi (en francés) estaba la de servir de atalaya para vigilar el entorno, y avisar a los ciudadanos de cualquier amenaza que se cernía sobre el caserío.
No obstante, hay que decir que el Belfort de Tournai no solo ha servido como campanario. También se ha usado a lo largo de la historia como prisión y calabozos. En cambio, hoy en día es uno de los grandes atractivos turísticos y monumentales de la ciudad. De hecho, es casi obligado ascender por ella, salvando más de 250 escalones para disfrutar de unas impresionantes vistas de la urbe y de su entorno.