Palacio ducal de Venecia
El Palacio Ducal de Venecia es una de los edificios más importantes de la ciudad, construido en uno de los laterales de la Plaza de San Marcos y al lado del Gran Canal, durante años sirvió como residencia del dux veneciano, Tribunal de Justicia, Sede del Gobierno e incluso prisión.
La primitiva construcción data del siglo IX y tenía un aspecto fortificado, durante el siglo XIV una serie de incendios dieron lugar a la construcción de esta maravilla arquitectónica en la que se conjugan perfectamente reminiscencias orientales, la tradición gótica y el preludio del arte renacentista. De sus arquitectos sabemos poco más que sus nombres: Pietro Bascio y Enrique.
Su aspecto cúbico, realizado en mármol de la zona veronesa, no es para nada pesado. La ligereza del conjunto se ha obtenido a través de una inversión de las masas constructivas: las aberturas de las arcadas inferiores se contrarrestan con la solidez del paramento superior.
La proporción y delicadeza de la edificación preludian la belleza de las formas simples renacentistas a la vez que la construcción se presenta como una de las mejores construcciones del gótico italiano donde destaca la ligereza, la horizontalidad, las tracerías horadadas…
La fachada exterior se estructura en tres niveles; en el inferior treinta y seis columnas con capiteles ricamente decorados sustentan arcos de piedra blanquecina ligeramente apuntados, especial mención merece en este primer nivel las esculturas situadas en los chaflanes del palacio que representan a los Santos Padres, el tema de Noé ebrio y el juicio de Salomón. En el segundo nivel setenta y dos columnas sostienen arquerías de arcos trilobulados y menor dimensión, en las enjutas de los arcos estacan los tondos horadados con forma cuadrilobulada. Esta segunda galería abierta a modo de balconada pertenece al siglo XV y es obra de Paolo dalle Masegne. El tercer y último piso se presenta como un paramento en el que se abren vanos apuntados de gran anchura y luz, la piedra que conforma el muro se dispone en forma de damero. Este nivel es rematado por una crestería de gran ligereza.
La espectacular construcción se ve completada gracia a la riqueza de sus materiales que con la luz adquieren distintos matices, así el paramento de mármol responde con reflejos dorados a la luz del sol contrastando con el color blanquecino de las piedras que conforman las arquerías y columnatas.
La entrada principal recibe el nombre de “Perta del papel” y en una construcción en piedra grisácea típica del gótico flamígero.
El palacio presenta una organización espacial en torno a un patio de estilo renacentista de cuatro alturas en el que destacan las sucesiones de arcadas de medio punto del piso inferior y de arcos ligeramente apuntados en el segundo nivel. Los niveles superiores se abren al patio a través de vanos de medio punto en ocasiones pareados y sobre todo por una importante sucesión de óculos.
La belleza exterior de la construcción es comparable con su magnífica decoración y las imponentes obras que alberga entre las que destacan producciones de Tintoretto o Veronés entre otros.