Palacio de los Papas de Aviñón
Situado en el centro de esta ciudad de la Provenza francesa se encuentra el Palacio de los Papas de Aviñón, una construcción que es al mismo tiempo una obra de arte de arquitectura militar y también de arquitectura palaciega, ya que se aspecto se parece más al de una fortaleza, pero en cambio sus funciones fueron las de servir de residencia a los Papas de la religión católica.
Sí, porque en el año 1309 el Papa Clemente V harto de las facciones enemigas que le acosaban en Roma y animado por la constante labor intrigante del rey francés Felipe IV, decidió trasladar la sede de los pontífices a la ciudad de Aviñón, al sur de Francia. Es el episodio histórico conocido con el nombre de Cisma de Occidente.
Y aquí, en Aviñón, hizo construir una nueva residencia papal, reformando el antiguo palacio arzobispal preexistente y que sería el lugar en el que permanecieron los sumos pontífices hasta el año 1376. En total aquí vivieron siete papas y también dos antipapas, el último de ellos Benedicto XIII, el Papa Luna, que finalmente tuvo que huir de Aviñón y refugiarse en su país de origen, España, yéndose hasta la localidad costera de Peñíscola donde falleció.
La primera sensación que transmite esta construcción de estilo gótico es la de una fortaleza prácticamente inexpugnable. Parece más la ciudadela de un guerrero que la de un hombre religioso, pero es que durante la Edad Media, a veces las diferencias entre una cosa y otra era en la práctica inexistentes.
El conjunto lo forman unos 15.000 metros cuadrados y se divide en el Palacio Viejo mandado construir por Benedicto XII (1334- 1342), que es la zona de apariencia más sencilla. Mientras que el Palacio Nuevo promovido por Clemente VI (1342 – 1352) es de apariencia mucho más ostentosa y rimbombante, tal y ya que él pensaba que había que honrar a Dios a través del lujo.
En total son cuatro alas, todas ellas rodeadas por altas murallas en las que se yerguen diez potentes torreones, alguno de los cuales supera los 50 metros de altura, y cada uno con su propio nombre como La Gache, de los Ángeles, el Campanario, la Torre de la Esquina o la Torre Trouillas.
Las estancias internas se distribuyen en torno a un amplio patio central mayor, y otro menor, el denominado Claustro de Benedicto XII donde está el ala de los invitados y del servicio, así como la capilla benedictina.
Aunque la mayor capilla es accesible desde el patio central. Se trata de la Gran Capilla, característica de la arquitectura gótica ya que alcanza una altura superior a los 20 metros y cubre una superficie de casi 800 metros cuadrados.
Hay más salas de gran interés en el Palacio, más por su construcción y decoración que por su mobiliario, ya que mucho arte mueble fue expoliado a lo largo de la historia. Aún así el palacio hoy en día está reconvertido en museo y se pueden visitar estancias como la Sala de la Caza con frescos del siglo XIV, la Sala de los Banquetes con hermosos tapices realizados a lo largo de varios siglos, del XVII al XIX, o la Sala Consistorial donde se exponen frescos del pintor italiano Simone Martini.