Arqueta de Leyre
La arqueta del monasterio de Leyre o simplemente conocida como Arqueta de Leyre es una pequeña arqueta de base rectangular y tapa tronco piramidal que fue realizada por artesanos hispanomusulmanes a principio del siglo XI. La obra está realizada en marfil de elefante y en la base de la tapa presenta una labrada inscripción realizada en letra cúfica que señala no sólo su datación – el año 395 de la hégira que se correspondería con el año 1004 o 1005 de nuestro calendario- sino también el nombre del maestro artesano y cuatro de sus ayudantes y del comitente de la obra, el califa Hisam II.
Parece ser que en los primeros años del siglo XI el califa Hisam II encargó a su visir al Malik la realización de esta singular pieza; algunos historiadores apuntan a que la obra pudo ser encargada tras la victoria musulmana contra el reino de León. La pieza que en un principio se mantuvo en manos musulmanas, apareció años después en el monasterio de Leyre en Navarra muy posiblemente saqueada en alguna campaña militar. En el monasterio sirvió durante algún tiempo como relicario para albergar los restos santificados de San Nulio y Santa Alodia y posteriormente durante la época de la desamortización de Mendizábal la pieza se trasladó hasta la catedral y de ahí, al Museo Arqueológico de Navarra donde permanece en la actualidad.
Nos encontramos por lo tanto ante una pequeña arqueta de unos treinta y ocho centímetros de ancho, veinticinco de altura y veintitrés de profundidad. La estructura de la pieza está realizada en madera pero ésta se encuentra cubierta por diecisiete placas de mármol ricamente decoradas. Parece ser que en origen la función de la arqueta debía ser la de contener algún tipo de perfume o ungüento.
La decoración de la pieza se ha realizado a partir de veintiocho medallones circulares y polilobulados que se distribuyen por la caja y la tapa: la tapa presenta tres medallones en las caras largas y dos en las cortas mientras que la tapa muestra cuatro medallones en sus caras más anchas, uno en las corte y otros tres en la plancha superior. El espacio entre cada uno de los medallones se ha decorado con motivos de ataurique creando un horror vacui.
En cuanto a la temática de la decoración aparecen los típicos motivos vegetales, geométricos y animales que se han representado con un gran naturalismo y minuciosidad. La simetría, tan del gusto oriental, se hace patente en los medallones y las formas encontradas. Sin embargo especial mención merecen los medallones del frente de la arqueta que representan escenas de la vida cortesana, muy posiblemente del propio Hisam II. En uno de los medallones se aprecia la figura de un califa sedente en un trono sujetado por leones mientras escucha a un grupo de músicos que amenizan la velada. En los siguientes medallones se aprecian otras escenas típicas de la corte como la caza o las luchas entre animales y caballeros. Son precisamente estos motivos decorativos los que hacen de la arqueta de Leyre una pieza única en belleza.