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Cariátide de Modigliani

Publicado por A. Cerra
Cariátide de Modigliani

Cariátide de Modigliani

El artista italiano Amedeo Modigliani ha pasado a la historia del arte como pintor, y por ser uno de los creadores de principios del siglo XX más personales y malditos. Sin embargo, a lo largo de su corta vida también realizó numerosas esculturas y una de ellas es esta figura de una Cariátide que se conserva en el Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York.

En realidad la imagen de las Cariátides, cuya máxima expresión se encuentra en el templo griego del Erecteion construido allá por el siglo V antes de Cristo, le atraían enormemente a Modigliani. Y sobre este tipo de figuras femeninas convertidas en elementos arquitectónicos realizó hasta sesenta dibujos y varias pinturas. Curiosamente en alguna de esas imágenes, el artista incluye unas velas alrededor de la cabeza de la cariátide, como si fuera una corona. Y de hecho, para iluminar sus esculturas él también recurría a las llamas de las velas de cera.

En esta obra realizada en piedra arenisca durante el año 1914, el autor nos presenta a la mujer sosteniendo una superficie plana que se supone que es un tejado, para lo cual se apoya sobre una de las rodillas, y flexiona el cuerpo hacia la otra. Se trata de una mujer de complexión bastante robusta. Algo que contrasta con el típo de mujeres bastante delgadas que suelen aparecer en sus pinturas, como es el caso de Desnudo con un collar o el retrato de Madame Pompadour.

Un detalle interesante es que Modigliani dio por concluida la obra antes de pulir todas sus partes, dejando a la vista las huellas de su trabajo con el cincel y el martillo, provocando un contraste de texturas entre lo labrado y lo inacabado, lo cual evidentemente remite de forma inmediata al que está considerado el más grande arquitecto de todos los tiempos, Miguel Ángel, que hizo lo mismo, de forma intencionada y por primera vezm en sus célebres Esclavos que se exponen en el Louvre.

Por otra parte, pese a inspirarse en las cariátides clásicas que cumplían una función decorativa pero también arquitectónica, en la obra de Modigliani esta última función desaparece por completo. Él la concibe como algo expresivo y gestual. Trata a la figura como la encarnación del hombre o de la mujer, como un ser que carga con su peso, sus problemas.

En definitiva, el trabajo como escultor de Modigliani además de servirle como reflexión, inspiración y experimentación por sus pinturas, tiene entidad por sí mismo. Y en este caso es una de las pocas obras en las que labró una figura de cuerpo entero, ya que por regla general solo talló bustos y rostros.