Eros vendado de Igor Mitoraj
El escultor polaco Igor Mitoraj (1944 – 2014) es obviamente un artista contemporáneo, pero sus creaciones siempre estuvieron influidas por las grandes obras de la Antigüedad grecolatina. Y no solo eso, como se puede ver en esta representación del dios Eros, también se dejó inspirar por la mitología griega y romana.
La pieza que vemos aquí se encuentra en la ciudad polaca de Cracovia, en su enclave urbano más transitado: la Plaza del Mercado o Rynek Glówny, donde se colocó en 2003. Si bien existen varias réplicas hechas a partir de un molde y que hoy se reparten por ciudades de Europa y Estados Unidos, como Lugano en Suiza o Minneapolis en Estados Unidos.
Pese a hallarse en ese entorno urbano tan antiguo y monumental, la obra está a día de hoy plenamente integrada en la plaza. Tanto que popularmente se la conoce como la “cabeza” y se ha convertido en habitual punto de encuentro entre los ciudadanos. A ello ayuda sus dimensiones, más que respetables, pero también el carácter interactivo de este gran bronce, ya que la obra se puede visitar por dentro, e incluso las personas se pueden asomar a las cuencas vacía de los ojos de este particular Eros vendado.
Fue el propio artista quien donó la pieza a la ciudad, y es que había estudiado allí. Y al principio se enfadó mucho con la primera ubicación elegida, ya que se colocó en la misma plaza pero frente a un moderno centro comercial. Sin embargo, él quería que estuviera en el área más monumental de esa plaza, algo que finalmente consiguió.
La obra esa carismática dentro de la producción de Mitoraj, un artista posmoderno caracterizado por el empleo de materiales nobles, sea a veces el mármol o el bronce como en este caso. Y siempre con esa inspiración en la Antigüedad para crear grandes esculturas, siempre fragmentadas, acusando ese carácter de piezas como abandonadas por el paso del tiempo. Lo cual tiene algo de denuncia y también algo de juego con la representación de los diversos dioses antiguos. Como muestra este bronce donde Eros, dios del amor y el deseo, se nos muestra ciego. Tienen que ser los visitantes quiénes le den su visión y quién sabe si sus enamoramientos, al ser, tal y como hemos dicho, un punto habitual para citarse amigos, pero también parejas.
Un artista que trabajó en su país, pero mucho más en otros países de Europa, sobre todo en Italia donde halló gran parte de su inspiración. Si bien paradójicamente, donde vivió con más continuidad fue en París. E incluso la capital francesa fue el lugar donde falleció.