Arte
Inicio Escultura, Manierista Fuente de Neptuno de Giambologna

Fuente de Neptuno de Giambologna

Publicado por A. Cerra
Fuente de Neptuno de Giambologna

Fuente de Neptuno de Giambologna

Esta fuente del escultor Giambologna (1529 – 1608) la realizó para la ciudad italiana de Bolonia, y en ella se representa al dios del mar: Neptuno.

Se trata de una escultura que representa de forma emblemática una de las características definitorias de la plástica manierista, como evolución de las formas renacentistas. Esta característica no es otra que la forma “serpentinata”, cuya definición más pomposa es la ascensión contorsionada de formas que suben helicoidalmente, o lo que es lo mismo, el retorcer las figuras y sus miembros igual que se retuercen las serpientes al deslizarse.

Desde el punto de vista de tallar o moldear las formas escultóricas es muy complicado plasmar ese movimiento y además obliga al artista a tener en cuenta múltiples puntos de vista para su obra, ya que se generan innumerables perspectivas para el espectador. Esta fuente realizada entre los años 1563 y 1566, tal vez sea junto a la escultura del Rapto de las Sabinas, las dos obras de este artista donde mejor generó este movimiento curvo en las figuras.

En realidad se trata de obras en las que refleja una fuerte tensión interior que termina por convertirse en algo casi irreal y con un toque abstracto. Y para llegar a ello, el artista hacía un ingente trabajo previo creando infinidad de bocetos y de modelos en escayola, materiales de los que se conservan muchos ejemplos.

Giambologna es, junto al escultor y orfebre Benvenuto Cellini, el máximo representante de la escultura manierista, un breve estilo artístico cuyo nombre se deriva de la expresión “alla maniera”, o sea, al modo de… ¿de quién? de Miguel Ángel Buonarroti, el gran artista florentino que creó toda una escuela que desarrolló su arte a la manera de Miguel Ángel. Y uno de sus más dignos herederos fue Giambologna quién residió durante dos años en Roma, estancia durante la cual estudió con mucha atención el arte de Miguel Ángel.

Este artista llegó a Italia en 1556, ya que él era originario del norte de Europa, y su verdadero nombre era Jean de Boulogne. Pero la italianización de su nombre fue tan completa como la italianización de su arte y de su carácter, y viajó por diversas ciudades del país transalpino. En uno de esos viajes llegaría a Florencia, y siendo una de las ciudades artísticas por antonomasia y viendo su enorme capacidad para la escultura, se le invitó a quedarse allí y que no le faltarían encargos. Y allí acabó residiendo hasta su muerte, alabado por la familia más poderosa de la ciudad: los Medici. De hecho, incluso Francisco I de Medici llegó a decir de él que era el nuevo Miguel Ángel.

No obstante, la capacidad de Giambologna hizo que no se quedara en una mera repetición de los modelos de Buonarroti, porque otro de los rasgos definitorios de su escultura es que él alargó el canon de las figuras, las hizo mucho más estilizadas, una característica que anticipaba algunos de los presupuestos estéticos que se iban a desarrollar durante el posterior estilo artístico: el Barroco.