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La escultura gótica española en el siglo XV

Publicado por Chus

ÁngelEl siglo XV fue muy importante en la historia de la plástica española, debido tanto a la cantidad como a la abundancia de obras. En este momento las influencias exteriores llegan de Francia y Borgoña, no de Italia, pues aunque ahí ya había comenzado el Renacimiento, hasta finales del siglo XV no se deja notar en España. En la primera mitad del siglo, predomina la influencia borgoñona, la de Claus Sluter, con sus característicos paños ondulados, agitados, doblados casi como si fuesen de estructura metálica y con el realismo en los rostros. A partir del segundo tercio, la influencia que se deja sentir es el estilo flamenco de Van Eyck, con sus típicos paños angulosos y la minuciosa observación del natural. Esto se produce por la llegada de artistas norteños, flamencos sobre todo, atraídos por el lujo de la corte española. Además también se importan obras talladas directamente en Flandes. Es característico de la escultura monumental española el uso de la policromía, con la técnica del dorado que, durante el período de influencia borgoñona, las orlas de los vestidos se hacen en relieve y se decoran con falsas piedras preciosas.

En los estados de la Corona de Aragón la primera influencia italiana detectada en el siglo XIV no continuó en el siglo XV, sino que fue sustituida por la borgoñona y la flamenca. Dentro de la escultura monumental destaca la obra de Guillén Sagrera en la catedral de Palma de Mallorca, las estatuas de San Pedro y San Pablo de la Portada del Mirador, con paños amplios y rostros expresivos, que muestran el influjo de la escuela de Sluter. Guillén Sagrera también realizó un arcángel en la Lonja de Palma de Mallorca, que recuerda a los de Sluter en el Pozo de Moisés. Otro gran maestro es Pere Johan (hijo de Jordi de Deu, discípulo de Cascalls, con lo que queda patente el enlace con la escultura del siglo XIV), autor del retablo mayor de la catedral de Tarragona, realizado en alabastro, que narra episodios de la vida de la Virgen y de Santa Tecla. Con este retablo se implanta un nuevo tipo más monumental que los anteriores, formado por grandes estatuas, y relieves en las entrecalles mucho mayores que hasta ese momento. Los relieves narran escenas con una gran carga dramática, como por ejemplo el del “Martirio de Santa Tecla” que muestra a la santa introducida en un foso de víboras. También se le encargó del retablo mayor de la Seo de Zaragoza, pero lo tuvo que terminar Hans de Suabia (en torno a 1470-80), quien va a inaugurar en España el retablo de tipo flamenco, en forma de cruz, que lleva en la calle central una claraboya para la exposición del Santísimo Sacramento. Este tipo de retablo tuvo gran incidencia en la Corona de Aragón.

En el reino de Navarra también se muestra la influencia de Borgoña con la obra de Janin de Lomme, autor del sepulcro de los reyes de Navarra Carlos III el Noble y Leonor de Castilla. El monumento funerario muestra una cama adornada con un cortejo de llorantes, monjes y cortesanos, al estilo de los de Sluter y la escuela borgoñona. En los retratos de los difuntos se muestra el idealismo francés de tipo caballeresco. La escuela de Janin de Lomme realiza el sepulcro del obispo Sancho Sánchez de Oteiza en la catedral de Pamplona y el de Francisco de Villaespesa de la catedral de Tudela.