Leda con cisne de Falconet
Esta escultura realizada en mármol es obra del artista francés Etienne Falconet (1716 – 1791). Al ver las fechas de su nacimiento y de su muerte se puede comprobar que tuvo una larga vida, y por lo tanto su estilo artístico fue evolucionando acorde a las modas de cada momento. Por ello, pese a que ha pasado a los libros de la Historia del Arte como un escultor catalogado dentro del movimiento del Clasicismo Rococó, lo cierto es que al final de su vida también realizó obras más propias del periodo revolucionario en Francia, y fue entonces cuando mantuvo algunos temas del repertorio más rococó como son los temas ambientados en el campo, las fiestas de corte galante, y por supuesto las obras inspiradas en temas en los relatos de la mitología clásica.
En este caso los protagonistas de la escultura están inspirados en la mitología griega. Concretamente representa una de las muchas historias de amor del dios Zeus, el cual se iba a apareciendo a sus amantes transformado en diferentes formas, y en su relación con Leda se le presentó como un bello cisne. Fruto de la relación entre Leda y el cisne, o sea Zeus, nacerían después Castor y Pólux, hermanos univiterinos (es decir, salidos de un mismo huevo).
El tema es muy del gusto rococó, y también el estilo artístico que nos muestra Falconet. El cual talla el mármol con sus habituales figuras blandas, lánguidas y de tonos un tanto rosáceos. Unas formas mucho más adolescentes que las que se realizarán en las siguientes décadas, cuando cobren fuerza los preceptos del arte neoclásico.
Además el tratamiento también es muy propio del arte rococó, el cual es una evolución del barroco final, sin duda el más artificioso y fantasioso. Prueba de ello es el tratamiento que le da a los cabellos de la muchacha o la profundidad que aplica a los pliegues que sirven de base a la composición, donde gracias a esa profundidad crea efectos de claros y oscuros en la escultura.
Tal vez al observar esta y otras esculturas de Falconet, se pueda pensar en un carácter pusilánime, ya que este tipo de obras transmiten excesivo empalago. Sin embargo, Etienne Falconet fue todo un personajes, más bien pendenciero, de trato bastante autoritario, además de ser muy inteligente y también muy ambicioso, que no dudó en criticar duramente a otros artistas contemporáneos rivales suyos, y también a otros autores anteriores, para lograr sus fines.
Por otro lado fue un artista extraordinariamente culto y gran conocedor de la escultura clásica, a la que miraba con cierta crítica. Su pensamiento estaba muy cercano a las ideas de la Ilustración, a cuyos autores leyó con dedicación. No obstante desechaba las nociones de metafísica y de estética abstracta de ese movimiento cultural, y sobre todo se centraba en las ideas artísticas que propugnaban, aunque al mismo tiempo era partidario de los métodos más empíricos basados en la investigación, las pruebas materiales y la demostración final.