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Milón de Crotona de Falconet

Publicado por A. Cerra
Milón de Crotona, de Falconet

Milón de Crotona, de Falconet

Esta obra que hoy en día se expone en el Museo del Louvre de París fue labrada en mármol en el año 1754 y fue la que presentó el escultor rococó Etienne Falconet para ingresar en la Academia.

Para esta composición, Falconet se inspira en el escultor francés barroco que más admiraba: Pierre Puget. Y quizás no lo admirará tanto por su maestría artística como por su vida personal. De hecho, ambos tienen en común que fueron un tanto incomprendidos en su tiempo, especialmente Puget.

Concretamente E. Falconet fue un buen escultor, pero eso no es impedimento para reconocer que fue un tipo pendenciero y muy insociable, cualidades ambas que se han dado en otros muchos artistas anteriores.

Pero en cambio, también fue un personaje especialmente inteligente y muy culto, con vastos conocimientos de la época clásica. Si unimos sus conocimientos y su carácter el resultado a la larga no le podía suponer otra cosa que problemas, ya que no tuvo ningún reparo en hacer interpretaciones críticas y muy extensas a algunos de los artistas coetáneos. Incluso, llegó a publicar varios volúmenes con todos sus escritos en el año 1781. Unos escritos en los que se muestra una absoluta seguridad en sí mismo.

Pero esa autoestima es habitual en muchos artistas, sin embargo lo que no es tan corriente las muchas críticas a otros creadores, tanto anteriores como contemporáneos.

En cuanto, a los ya muertos, dijo que pensaba que la Atenea o el Zeus del gran escultor griego Fidias no podían ser bellos, o que Cicerón tampoco pudo ser un experto en escultura y pintura. De esos comentarios a nombres tan venerados como estos, se puede deducir que Falconet veía con ojos tremendamente críticos la tradición y las normas establecidas, y en muchas ocasiones eso se veía acompañado de unas formas propias de su carácter autoritario.

Algo mucho más evidente en los duros enfrentamientos que tuvo con artistas de su tiempo, y no solo escultores sino también con personajes de diferentes disciplinas o profesiones como el pintor el pintor Anton Raphael Mengs, el teórico Lessing, el erudito Conde Algarotti, el escritor Voltaire o el arqueólogo y anticuario Conde de Caylus. Todos ellos personajes claves en este momento artístico de paso entre las formas del Rococó al Neoclasicismo.

Falconet se identificaba claramente con el pensamiento ilustrado, y cuando criticaba a todos esos personajes, lo hacía tras haber estudiado sus trabajos. Pero lo hacía con un espíritu totalmente artístico, y rechazaba muchas de las cuestiones metafísicas o estéticas muy abstractas que llevaban implícitas ciertas teorías. De hecho, él era partidario a la hora de realizar sus obras de recurrir a los métodos empíricos para investigar nuevas formas y demostrar su validez o no.