La Casa Milá, Gaudí
La Casa Milá también conocida como La Pedrera es obra del arquitecto modernista Antonio Gaudí (1852-1926) entre 1905 y 1910. La obra situada en la esquina que une el Paseo de Gracia y la calle Provenza, fue encargada por el empresario industrial Pere Milá i Camps.
El emplazamiento escogido había sido ocupado anteriormente por el chalet de otra importante familia, los trabajos de demolición comenzaron en 1905 y la nueva construcción en 1906. El edificio debía servir como residencia de la familia Milá y alquiler de viviendas para otras familias mientras, la zona inferior se destinaría a distintos locales comerciales.
El edificio consta de seis plantas de altura dispuestas en torno a dos patios interiores uno circular y otro ovalado, el proyecto de Gaudí se completaba con un sótano, un desván y una azotea. En realidad el edificio Milá son dos construcciones bien diferenciadas, cada una en torno a uno de los patios, que presentan una sola fachada y entrada.
La novedad de la construcción reside en un complejo sistema de apoyo basado en grandes columnas de ladrillo o piedra y un entramado de malla metálica, así las paredes pierden su valor sustentante y constructivo. Gracias a esta liberación del paramento las paredes de la fachada pueden tomar formas ondulantes que imitan el oleaje marino y son más decorativas que funcionales. La fachada es realizada en piedra calcárea de canteras cercanas, mientras la parte superior está revestida de azulejos blanquecinos que evocan las cumbres nevadas de las montañas. Los balcones realizados en hierro forjado simulan plantas enredaderas que fueron realizados por los hermanos Badia i Miarnau.
Pero no es solo la fachada quien goza de gran autonomía, cada una de las plantas de la construcción presenta una planta autónoma respecto a las demás. La zona del subterráneo estaba destinada a las caballerizas y alrededor de la construcción un gran desagüe recoge las canalizaciones de todo el edificio. La azotea está construida encima del desván con arcos parabólicos y sigue los mismos modelos que Gaudí utilizó en la construcción de la Casa Batlló.
En La Pedrera Gaudí siguió con su propia concepción del modernismo, la evocación a la naturaleza y los animales se traducen en una conjunción de líneas rectas y ondulantes. Gran importancia adquiere el simbolismo religioso en esta construcción, Gaudí remató la parte superior de la fachada con inscripciones del Ángelus.
El conjunto debía completarse con una imponente escultura mariana que realizaría Carles Mani: la Virgen del Rosario portando en brazos al Niño Jesús y flanqueada por los arcángeles Gabriel y Miguel.
En el interior diversos artistas intervinieron en su decoración además Gaudí diseñó el espacio interior de manera fluida para permitir la comunicación entre los distintos pisos y plantas.
La Casa Milá es uno de los mejores ejemplos de la obra naturalista de Gaudí, en ella se produce una perfecta conjunción entre elementos naturales, religiosos y catalanes tratados con el estilo modernista que Gaudí trabajó de manera muy personal.
1984 la UNESCO catalogó esta construcción como Bien del Patrimonio Mundial y hoy La Pedrera pertenece a la fundación La Caixa que se encarga de su administración, restauración y puesta en valor.