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Los «kouroi» del arte griego (II)

Publicado por Chus

Kouros de AnavyssosPero progresivamente los griegos empezaron a ir introduciendo cambios en este esquema rígido, tratando de conseguir alguna de las tres búsquedas básicas del período de aprendizaje del arte griego: plasmar la belleza, captar el movimiento y conseguir el pleno volumen. Poco a poco comenzaron a modelar el cuerpo, consiguiendo crear músculos tridimensionales donde antes solo había líneas incisivas para marcarlos. En un claro avance hacia la plasmación del naturalismo, como podemos ver por ejemplo en el “Kouros” de Anavyssos (en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas), que muestra esta anatomía como hinchada, pero aún conserva reminiscencias anteriores, como puede observarse en su pelo, en los brazos totalmente pegados al cuerpo, en sus puños apretados, la sonrisa, etc.

Según avanza el tiempo, se observan cambios a medida que transcurre la época arcaica, caracterizada por ser el período de experimentación de los artistas griegos. Así en el “kouros” de Aristodikos (Museo Arqueológico Nacional de Atenas), la cuestión del arcaísmo del pelo se resuelve representándolo con el pelo corto, con lo que la simetría anterior del mismo, ya no representa un problema. El problema de la rigidez de la pose se resuelve en obras como el “kouros” de Kritios (conocido también como“el joven de Kritios”) de los primeros años del siglo V antes de Cristo, pues en lugar de mirar hacia delante, gira la cabeza ligeramente hacia un lado y, en vez de repartir el peso entre las dos piernas, lo apoya en la trasera (su izquierda), levantando un poco la cadera en ese lado. Esto es novedoso, ya que a lo largo de los dos siglos anteriores, las diferentes estatuas, pese a colocar las piernas separadas y hacer avanzar una de ellas, no desequilibraban la cadera, lo que las dotaba de una rigidez excesiva, además de ser una posición no natural. Con estos cambios (unidos al cabello corto, la desaparición de la sonrisa arcaica, el modelado muscular, etc.), la estatuaria proporciona una sensación de naturalismo no conseguida hasta entonces, avanzando cada vez más rápidamente hacia el clasicismo. Se cree que para realizar esta escultura el escultor se inspiró en alguna otra en bronce, ya que los ojos presentan una superficie lisa y el pelo lo representa por medio de rayas poco profundas como es característico del trabajo en bronce. No es descabellado pensarlo, ya que hacer un cambio tan importante como el comentado en la posición del cuerpo en un material tan complicado de trabajar como el mármol, no era tarea sencilla, mientras que en bronce, debido a las peculiaridades del mismo, es mucho más fácil. Para hacer un trabajo en bronce, básicamente primero se hacía un modelo en arcilla, que luego se cubría con una capa uniforme de cera. Luego se ponía en un molde adaptado bien a la cera, se hacía salir ésta (con calor) y se vertía el bronce fundido que ocupaba el espacio originariamente cubierto por la cera. Una vez frío y sólido se sacaba el molde con un cincel y se terminaba la figura. Este proceso era complicado y normalmente no se hacían las estatuas de una sola pieza. Pero en versión sencilla o compleja, las estatuas de bronce debido al material necesitan pocos o ningún apoyo para su equilibrio, lo que las hace adecuadas para experimentar nuevas posiciones.