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Arte Otoniano

Publicado por Laura Prieto Fernández

Bajo el sobrenombre de Arte Otoniano se circunscribe un periodo de florecimiento cultural y artístico desarrollado en la zona de Alemania desde mediados del siglo X hasta la mitad del siglo XI. Durante esta época se desarrolla un arte fuertemente influenciado por la tradición bizantina, la época carolingia y las formas prerrománicas del Norte de Italia.

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Esta época de florecimiento cultural comenzó bajo la dinastía de Otón I y se extendió durante los reinados de sus sucesores Otón II y Otón III; se trataba de una revalorización del Sacro Imperio Romano Germánico que principalmente se manifestó en las formas arquitectónicas, escultóricas y pictóricas. El arte fue tan sólo un vehículo para vincular la dinastía otoniana con los tradicionales emperadores romanos e incluso con la dinastía de Carlo Magno, una forma de legitimización que floreció en la corte de Otón I poco después de su coronación.

En la arquitectura las formas desarrolladas en el arte otoniano siguen las mismas líneas que las obras bizantinas o carolingias. El modelo arquitectónico de la Capilla Palatina de Aquisgrán se difunde por todo el imperio a la vez que en la arquitectura religiosa aparece una nueva vertiente que opta por abandonar el modelo de planta centralizada para desarrollar un arte de tipo longitudinal que mantenía la tradición de las basílicas romanas. Tradicionalmente se ha pensado que la Iglesia de San Ciriaco de Gernrode es el primer templo de la arquitectura otoniana.

En el campo escultórico se desarrollan pequeñas piezas casi siempre de tipo religioso que se realizan en metal o marfil y se decoran con piedras preciosas engarzadas y esmaltes decorativos. Los marfiles siguen la tradición carolingia y se utilizarán principalmente en la decoración de la cubierta de los libros; por su parte en la escultura de bronce destaca principalmente la escuela Hildesheim autora de las Puertas de Bronce de Hildesheim con relieves muy expresivos y una nueva técnica que se difundirá hasta la escultura de Rusia. En la escultura de madera destacan los relicarios que se decoraban con preciosistas dorados y piedras engarzadas como el Relicario de la Virgen Dorada de Essen o el Crucifijo de Gero de la Catedral de Colonia.

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La pintura otoniana destaca la influencia de la pintura carolingia -se trata de una revisión de la misma- que se ha visto influida por las formas iconográficas de las obras bizantinas y romanas. Sin embargo las principales manifestaciones en el ámbito pictórico se encuentran en los libros miniados cuya elaboración apoyó el propio emperador Otón I. En este sentido destacan obras miniadas como el famoso Codex Egberti o Libro de Egberto que dataría de finales del siglo X, en torno al año 984, y fue realizado para una de las personalidades más destacadas de la época, el arzobispo Egberto de Tréveris. Parece ser que la obra fue realizada en uno de los scriptorios más destacados de la época el monasterio de la Isla de Reichenau. Se trata de una obra con más de cincuenta ilustraciones que representan por primera vez en este entorno la vida de Jesucristo.