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El Castillo de Warwick de Canaletto

Publicado por A. Cerra

Castillo de Warwick de Canaletto

Durante los cuatro años que el italiano Canaletto residió en Gran Bretaña pintó un número limitado de cuadros. Si bien algunos tan fabulosos como Londres visto desde un arco del puente de Westminster.

De hecho ese puente londinense fue uno de los motivos que pintó en varias ocasiones. Y es que Antonio Canal, Canaletto, era un pintor que le gustaba pintar en repetidas ocasiones un mismo motivo. Es algo que hizo en innumerables ocasiones con ciertos rincones de su Venecia natal. Y fue algo que también hizo en Inglaterra, siendo uno de esos motivos a los que dedicó diversas pinturas al Castillo de Warwick.

En los cuadros de este castillo, como en otros muchos de su estancia británica se descubre una inmensa minuciosidad en su pintura. Aunque muchas veces llama la iluminación irreal de los paisajes que pinta, ya que es más partidario de retratar sus motivos con una iluminación soleada y luminosa, que con las típicas atmósferas grises y pesadas de esos lugares. Y es que no hay que olvidar que Canaletto tomaba sus apuntes del natural, pero luego pintaba en el estudio.

Un ejemplo de todo esto es el cuadro que aquí os mostramos, hecho en el año 1751. En él se aprecia con suma meticulosidad esa fachada del Castillo de Warwick, el cual se ve con una luminosidad muy clara, que aunque no sea la más habitual en la campiña inglesa, al pintor le sirve para que destaquen los personajes que hay por la pradera, que en su mayoría visten prendas de colores chillones.

Si nos paramos a ver la composición de la tela, es fácil ver el orden simétrico en el que se inspira. El centro es la entrada, la cual a su vez queda enmarcada por dos torres protectoras. Y desde ellas se prolongan las murallas hasta los dos recios torreones que cierran el espacio.

Y el punto de vista elegido es ligeramente levantado del suelo. De esta manera genera una explanada como espacio pictórico, y el cielo ocupa más de la mitad de la altura de la tela. Así crea una profundidad más que destacada. Algo que logra gracias a las figuras, la atmósfera y la luz.

Con las figuras anima la escena. Y la atmósfera la consigue gracias a los diversos planos en los que cada elemento aporta un tono y una luminosidad distinta. Mientras que la luz, mediante las sombras de los árboles, o por la diferencia tonal entre la zona de césped y de tierra, claramente marcadas por una diagonal, logra darle una tremenda profundidad al cuadro.