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El patio del cantero de Canaletto

Publicado por A. Cerra

El patio del cantero de Canaletto

La cantidad de obras de Antonio Canal “Canaletto” en Gran Bretaña es enorme. Aquí ya os hemos hablado de algunos cuadros suyos en colecciones del Reino Unido, e incluso de cuadros que realizó allí mismo, como su impactante Londres visto desde un arco del puente de Westminster, ya que su fama era tal que hasta se fue a la capital inglesa durante un tiempo dada su numerosa y acaudalada clientela.

Pues bien, hoy os traemos otro cuadro de este pintor italiano que se conserva en la National Gallery de Londres. Es el Patio del cantero, un óleo sobre lienzo que realizaría entre 1726 y 1730. Una obra temprana de un tono distinto a sus famosas vedute o vistas en las que se ve la Venecia más festiva, fastuosa y monumental como en La llegada del embajador francés.

Aquí estamos ante una obra más íntima, y casi seguro realizada por encargo de un cliente veneciano, y no extranjero. Es como si estuviera contemplando su ciudad desde una ventana trasera, dando a un patio o espacio de trabajo, de ahí su título. Si bien lo cierto es que retrata una placa o campo que entonces estaba en obras, el campo de San Vitale. Una plaza situada al lado del Gran Canal y que tiene en la otra orilla la iglesia de Santa María de la Caridad, un templo que se aprecia a la perfección en la imagen y que hoy en día es ni más ni menos que la Academia de las Bellas Artes en la ciudad de los canales.

En este cuadro temprano es muy interesante estudiar su color y su luz. Para empezar todo tiene un tono de gran calidez y se nota la pincelada suelta del autor. En el cielo parecen amenazar nubes de tormenta, pero al mismo tiempo el ambiente se está abriendo, como si fuera a vencer el sol y su luz, la cual crea fuertes sombras en los elementos urbanos, sobre los que se marcan bruscas diagonales que configuran el espacio y las arquitecturas que vemos.

Hasta ahí la estampa, la vedute, pero luego está la vida, y esa la pone varios personajes humildes, trabajadores y niños, muy lejos del boato al que nos tienen acostumbrados las más típicas escenas venecianas. Se distingue a una mujer con su escoba, a un niño en pañales, otra mujer que tiende las sábanas, a diversos personajes del pueblo llano, y por supuesto a varios canteros dando forma a la piedra. Todo ello es como una instantánea de un momento en una ciudad algo ruinosa y deteriorada. Un Canaletto más íntimo y seguramente más realista que él se hizo extraordinariamente famoso y configuró la imagen más glamurosa de su ciudad.