Arte
Inicio Grabado, Renacimiento La Melancolía, Alberto Durero

La Melancolía, Alberto Durero

Publicado por Laura Prieto Fernández

La Melancolía I es uno de los grabados más importantes del artista renacentista Alberto Durero (1471- 1528). Durero representa el genio humanista fuera de las fronteras italianas y en su arte se conjuga a la perfección la innovación renacentista y la tradición artística de los Países Bajos.

Esta obra, que hoy se conserva en la Galería Nacional de arte de Karlsruhe de Alemania, formaba parte de una serie de grabados realizados entre 1513 y 1514 y conocidos como Las Estampas Maestras de Durero, a este grupo también pertenecían los grabados de San Jerónimo en su celda y El caballero, la muerte y el diablo. Los tres fueron realizados en planchas de cobre y sin embargo es importante señalar que no forman parte de una serie a pesar de que todos presentan una gran carga simbólica relacionada con la escolástica y la manera de vivir: según la virtud moral, el caballero, según la virtud teologal, el grabado de San Jerónimo y según la virtud intelectual, la obra que aquí nos ocupa. Los dos últimos grabado se han considerado en diversas ocasiones parejos debido a la gran cantidad de objetos opuestos que hay representados.

Durero representa la escena en un paisaje abierto y nocturno, al fondo se ve una ciudad o pueblo de la costa. En el cielo destaca la presencia de la luna y una especie de animal o monstruo que porta una cartela con el nombre de la obra.

La melancolía aparece representada como una mujer alada, sedente en actitud pensativa y ensimismada al lado de un edificio cuya construcción no ha sido acabada. Su aspecto es descuidado, un poco harapiento, y sus largos cabellos están despeinados. Apoya el rostro sobre su puño cerrado mientras con el otro brazo sostiene un compás que se apoya en un libro aún cerrado, su actitud y los elementos que la acompañan nos hacen pensar que más que concentrada en su actividad la melancolía parece atormentada.

A su lado un pequeño putti de aspecto triste que se afana en su escritura y un perro demasiado delgado duerme a sus pies. El conjunto se completa con la escalera de la construcción y un conjunto de variados objetos que hacen referencia a la melancolía: un reloj de arena, una balanza, objetos relacionados con el oficio de arquitecto, una esfera, un cuadrado mágico de números, una campana, un poliedro…. Es precisamente esta gran cantidad de objeto lo que ha hecho que ésta se convierta en una de las obras más enigmáticas de la historia del arte y que más problemas iconográficos y simbólicos ha creado a los estudiosos.

Con todo es importante pensar que durante el renacimiento no se tenía el mismo concepto que hoy acerca de la melancolía, más que un estado psicológico era entendida como parte de la teoría de los cuatro humores: sanguíneo, colérico, flemático y melancólico. De esta manera la melancolía se asociaba a la pereza y la inactividad, pero Durero refleja en su obra la inactividad no por pereza sino debido a que le parece insignificante, poco intelectual. Es precisamente el reflejo del artista humanista un genio a veces desolado, melancólico, lleno de creatividad pero incapaz de crear.