El juicio de Paris, Rubens
El juicio de Paris es una obra pictórica que el autor flamenco Pedro Pablo Rubens (1577- 1640) realizó en los últimos años de su vida, la obra sería realizada en torno a 1638 no obstante no era la primera vez que el artista representaba este tema, una versión más pequeña y realiza en la etapa de juventud se conserva en el Prado. Rubens es uno de los mejores artistas barrocos de todos los tiempos y sus obras fueron muy apreciadas a lo largo de su vida.
La obra fue encargada por el monarca español Felipe IV a través de su gobernador en los Países Bajos, Fernando de Austria.
El cuadro que aquí nos ocupa fue realizado en óleo sobre lienzo con unas medidas aproximadas de 2 metros de alto y 380 de ancho. La temática mitológica como la que aquí se representa, fue muy cultivada por el artista flamenco; en esta ocasión el tema escogido fue El juicio de Paris, hecho que explica el origen de la Guerra de Troya. Este mito tiene su origen en la celebración de la boda de Tetis y Peleo, la diosa de la discordia –que estaba furiosa por no haber sido invitada- decidió arrojar una manzana para la invitada más bella comenzando así una gran disputa entre las invitadas. Zeus decidió que tal decisión debía tomarla un humano y fue encomendada al joven Paris.
Rubens representa el momento en el que Mercurio – mensajero de los dioses- le entrega la manzana al joven Paris mientras las tres diosas- Minerva, Venus y Juno- intentan seducirlo para ser coronadas como la más bella con la entrega de la manzana. Cada diosa aparece identificada con sus atributos, así Minerva diosa de la guerra y de la sabiduría es acompañada por una lechuza y una armadura, la diosa ofreció al joven Paris la victoria en cualquier guerra si accedía a nombrarla como la más bella; Venus diosa del amor y acompañada de Cupido le ofrece el amor de la mujer más bella; por último Juno representada por el pavo real y diosa del hogar le ofrece innumerables riquezas. Finalmente Venus será la ganadora y en premio a su elección Paris obtiene el amor de Helena comenzando así la Guerra de Troya.
Las figuras de las tres diosas y Mercurio se disponen según los cánones clásicos e isocefalia. Las figuras son las típicas de la época y sobre todo de la obra del flamenco: Son figuras carnosas y desnudas, con aspecto grácil pero poco delicado. Sus senos y caderas son abultados aludiendo a la condición de madre de la mujer que para Rubens era inseparable. El artista utilizó como modelo a su segunda esposa para retratar a la diosa del amor.
De la obra destacar el movimiento de la composición en la zona de las diosas que parecen danzar grácilmente, Rubens realizaría por esta época otra de sus mejores obras en la que todavía es más patente este elegante dinamismo, Las tres gracias.
La escena se desarrolla en un paisaje natural exterior, haciendo alusión a la profesión de pastor de Paris, no obstante parece ser que obra de Rubens tan sólo serían las figuras y el paisaje sería obra de la mano del pintor Lucas Van Uden.
La obra de Rubens tuvo una gran acogida en la corte española y fue uno de los artistas que más influyeron en los genios españoles de época barroca.