El juicio de Paris
Príamo y Hécuba son reyes de Troya, y al nacer Paris, uno de sus cincuenta hijos, Hécuba sueña que ha dado a luz a un personaje que destruirá la ciudad. El niño es abandonado, pero sobrevive milagrosamente y se hace pastor. Años más tarde vence a sus hermanos en un combate de boxeo, es reconocido como hijo de Príamo y aceptado en la casa real.
Por otra parte, se celebra la boda del mortal Peleo con Tetis, ninfa marina. Ofendida por no haber recibido invitación para la boda, la diosa Eris (diosa de la discordia), envía una manzana de oro al banquete nupcial, con la siguiente inscripción: «Para la más bella».
Atenea, Hera y Afrodita se autoproclaman vencedoras de la competición y Zeus designa a Paris para que juzgue quién es la más bella de las tres. Cada una le ofrece, a cambio de elegirla la más bella, una cualidad: Atenea – la sabiduría, Hera – la seguridad de un amor fiel y Afrodita – la mujer más hermosa de la tierra. Paris elige a Afrodita, que a partir de entonces será considerada diosa de la belleza.
La mujer más bella de la tierra es Helena, casada con Menelao, rey de Esparta y hermano de Agamenón, rey de Micenas. En las bodas de Helena y Menelao, el padre de ésta compromete a todos sus múltiples pretendientes que, en caso de que fuera secuestrada acudan en su ayuda.
Paris llega a Esparta en calidad de huésped de honor y después con la ayuda de Afrodita, se fuga con Helena a Troya. Todos los pretendientes se reúnen a instancias de Menelao y su hermano y emprenden una gran expedición para vengar el rapto de Helena. Comienza así la guerra de Troya, narrada por Homero en La Ilíada.
Arriba podemos ver la interpretación que hizo Rubens de este episodio mítico.